Finalmente ha sido la Junta de Extremadura la que ha mediado entre la Compañía Eléctrica Iberdrola y el medio centenar de vecinos que adquirieron una vivienda de régimen especial a la constructora Moreno-Molero para que éstos consigan la energía eléctrica que la compañía se niega a suministrarles. Iberdrola se negaba a formalizar el contrato mientras el constructor no saldara la deuda que éste tenía contraída con la eléctrica y que, según los afectados, ascendía a 17.000 euros.Ante esta situación, los 50 vecinos se congregaron el martes por la mañana a las puertas de las oficinas que Iberdrola posee en el municipio para protestar, cansados de los continuos problemas que están teniendo con las viviendas que adquirieron hace años y que se deberían haber entregado en mayo del pasado año.Jose Luis Bravo, uno de los vecinos, afirmó que el propio director general de Industria de la Junta llamó a los afectados para tranquilazarles, afirmando que de inmediato solucionaría personalmente el problema. "Si la constructora tiene deudas con Iberdrola que lo solucionen ellos", afirmaba Bravo. De hecho, fue el propio José Luis el que abordó a María Salud Recio, anterior alcaldesa y actual secretaria de Relaciones con la Asamblea, a pie de calle, para exponerle la problemática. Bravo afirmó que desde el primer momento se mostró predispuesta "a ayudar en lo que hiciera falta", trasladando los hechos al director general de Industria.FALTA DE APOYOOtra impresión bien distinta es la causada por el ayuntamiento ante los afectados, del que criticaron su "falta de apoyo desde el primer momento" y su "abandono a los vecinos, diciendo que no era de su competencia". Estas críticas estaban dirigidas hacia el alcalde Rafael Mateos y la primera teniente de alcalde María Victoria Villalba.