Cerca de cinco mil inmigrantes musulmanes de nuestra zona iniciaban el lunes día 27 el mes del Ramadán, una cita muy importante en la religión islámica. Khalid Meziane, marroquí afincado en Navalmoral hace más de doce años, explicaba que "el espíritu del Ramadán es el de la solidaridad, de la ayuda a quien no tiene, la gente se respeta más, se renueva la relación espiritual entre Dios y los creyentes". El Ramadán, nombre del mes que ocupa el noveno lugar en el calendario islámico, se prolongará durante treinta días en los que el ayuno, la oración, las tradiciones y celebraciones especiales no faltarán. AYUNO Y ORACIóNKhalid Meziane explicaba a LA CRóNICA que durante el Ramadán se debe ayunar desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde aproximadamente. "Durante ese tiempo, los musulmanes deben abstenerse de comer, beber, fumar o mantener relaciones sexuales", concluía Meziane. Sin embargo, de estas obligaciones están exentas las personas mayores, los niños, los enfermos o las mujeres embarazadas. Pero además del ayuno, la oración es un elemento importante en esta celebración. "Sobre las 6,30 horas, los musulmanes acuden a la mezquita para rezar la oración que corresponde a esa hora del día", explica Khalid Mezianne. En nuestra zona, existen tres mezquitas, una en Navalmoral de la Mata, otra en Talayuela y una tercera en la finca La Barquilla. Estos lugares contribuyen a paliar las dificultades que la lejanía de la tierra supone para celebrar sus tradiciones, además de la buena disposición, voluntad y profundo respeto religioso de este pueblo. MOMENTOS ESPECIALESEn la celebración de este mes tan especial, existen dos momentos claves, que se identifican con el día 15 y 27. Así, el 15 del Ramadán, coincidiendo con el ecuador de la fiesta, los musulmanes se reúnen en la mezquita, o en su defecto en casa de un familiar, y en comunidad rezan y degustan algunos de sus platos típicos. "Hablamos, rezamos, es el momento, además, de que se reconcilien y perdonen quienes estén peleados..", explica Najat, una joven de 18 años que, junto a su familia, celebra estos días el Ramadán en Navalmoral. La fiesta se repite de nuevo veintisiete días después. Veladas en familia, rezos y comidas compartidas así como la lectura común del Corán son algunos de los actos que se repiten en esta celebración. Sin embargo, la fiesta "grande" tendrá lugar el último día de Ramadán, el día 30. La familia se reunirá para disfrutar juntos de una larga velada de fiesta. Así lo explica Salima El Becharri, joven marroquí que vive en la zona. "Ese día visitamos a los familiares, comemos dulces típicos, hacemos dibujos de henna, signo de la alegría de nuestra fiesta", concluye Salima. De esta manera, el próximo 26 de noviembre, el Ramadán unirá a todos los musulmanes a través de sus rezos, oraciones y enigmáticos dibujos de henna en sus manos y pies.Si algo se echa de menos en la celebración del Ramadán lejos de la tierra, es, sin duda el ambiente. Así lo relata Salima, alzada en portavoz de su familia. "En Marruecos, explica Salima El Becharri, la gente sale a la calle hasta tarde, va la mezquita, hay menos horas de trabajo... aquí la vida sigue normal y nosotros nos tenemos que adaptar". Sin embargo, el ayuno altera su ritmo de vida. Pasadas las 6 y media de la tarde, el ayuno se rompe con dátiles y leche. Seguidamente, toman té o café con dulces típicos marroquíes, y degustan una sopa, incondicional a esta cita que se llama "harira". "Sobre las 10 de la noche, explica Najat, tomamos de nuevo un té, y a las 4 de la madrugada nos levantamos para comer algo y sobrellevar mejor el día. Entonces, tomamos carne, verdura, fruta.. algo más fuerte", explica la joven marroquí.En sus explicaciones sobre este mes tan especial, Najat asegura "cada una de las puntas de la estrella se identifica con nuestras obligaciones: rezar, ayudar a los pobres, ir a La Meca, guardar fidelidad a Mahoma y hacer el Ramadán", concluye Najat.