La Policía Local regulaba el tráfico el pasado viernes a la altura del paso a nivel de Pablo Luengo, ante la llegada de un convoy ferroviario y la avería de las vallas del citado paso. Este hecho no dejaría de ser normal --según señalaban fuentes de la propia compañía ferroviaria-- de no ser porque se trata del décimo incidente en lo que va de año. Esta cifra era facilitada por el subinspector de la Policía Local, Manuel Castaño, quién advertía del peligro que entrañan estos continuos fallos ante el paso de los trenes por la población. "A este dato hay que sumar las veces que haya asistido la Guardia Civil, de las que nosotros no tenemos conocimiento ", afirmaba Castaño, quien apuntaba que se podría dar el caso de que no pudieran asistir a una de estas averías si estuvieran atendiendo otro servicio en ese instante.EXTRAÑEZA DEL GIREEl propio Gire (Gestor de Información de Renfe) mostraba su extrañeza ante esta sucesión de incidentes, reconociendo que era un número muy superior al habitual. Desde el Gire se afirma que en todos los casos del presente año se trataba de arrollamiento de vallas por vehículos, por lo que apelaban al civismo y precaución de los conductores.Sin embargo, puestos al habla con los vecinos y usuarios de paso, muchos afirman que en varias ocasiones la señal acústica de peligro sonaba y los semáforos se encendían sin que ninguna de las dos vallas bajaran hasta alcanzar la horizontalidad, lo que respalda el hecho de que también existen averías propias de las vallas, y no sólo arrollamientos.Otro dato ciertamente curioso y significativo es que todas las averías (o arrollamientos, según Renfe) se han producido en el paso a nivel de Pablo Luengo mientras que en el de la avenida de San Isidro, que se construyó hace cinco años, no consta ningún incidente en lo que va de año. Y es que la diferencias entre ambos equipamientos es notoria, tanto por la ubicación de las vallas y semáforos como por la diferencia de envejecimiento entre sus componentes. Así, en el de Pablo Luengo se da la circunstancia de que cuando la valla no baja, su valiza impide la visión del semáforo de peatones, que queda oculto tras ésta.Como referencia, cada día pasan por Navalmoral 19 trenes, de los que 12 son de pasajeros y 7 de mercancías.