Después de más de 34 horas sin suministro de agua potable debido a una avería en uno de los tubos de impulsión procedentes de la conducción del río Tiétar, el pasado sábado por la mañana la localidad recuperó la normalidad y el agua fluyó de nuevo en los domicilios.Sin embargo, desde el viernes al mediodía algunas de las viviendas de planta baja comenzaron a tener agua, aunque con escasa presión, pero otras sufrieron pequeños cortes, incluso en la jornada del domingo.La avería, que se detectó el jueves, fue solucionada a las siete de la mañana del pasado día 4 de junio, después de que los técnicos de Urbaser estuvieran trabajando junto con dos máquinas excavadoras durante toda la noche para devolver el abastecimiento a los más de 18.000 vecinos de Navalmoral.Aunque la rotura se localizó sobre las nueve de la noche del jueves, los trabajos se prolongaron debido a la profundidad, entre 10 y 12 metros, a la que se encontraban los tubos de impulsión. ABASTECIMIENTO Ante esta situación, la segunda que se produce en el municipio en esta semana y la cuarta en lo que va de año, el ayuntamiento en colaboración con la empresa concesionaria Urbaser procedieron desde la mañana del jueves al suministro de agua a través de tres camiones cisterna, uno de Urbaser y los otros dos cedidos por la central nuclear de Almaraz. Uno de éstos se encontraba instalado en la Cruz de Los Caídos, otro en la Cruz del Rollo y un tercero que iba rotando por los distintos barrios y establecimientos de la localidad.Según comentaba uno de los empleados de Urbaser que se encontraba en la Cruz de los Caídos, el primer día la gente acudía de forma escalonada, aunque llegaron a suministrarse sólo en este punto 15.000 litros de agua (casi cuatro camiones cisterna). En la jornada del viernes, la afluencia de personas fue masiva concentrándose colas desde las nueve de la mañana. Dos horas más tarde ya se había repartido el agua de dos camiones cisterna. EXISTENCIAS AGOTADAS Esta medida preventiva no impidió --debido a que el agua de los camiones cisterna no era apta para el consumo humano-- que las existencias de agua embotellada se agotaran en muchos establecimientos de la localidad y éstos tuvieran que solicitar con urgencia a sus proveedores más suministro.Todos los vecinos hicieron acopio de agua en los supermercados, así tan sólo el jueves y según informaba uno de los empleados del supermercado Consum, situado junto al Hogar de Mayores, se vendieron 2.500 litros de agua embotellada cuando el consumo habitual diario ronda los 100 litros (unas 20 garrafas de cinco litros).Ante la posibilidad de que la avería se prolongara, el consistorio y Urbaser también solicitaron el envasado de 27.000 botellas de agua potable que procedían de Sevilla. Éstas llegaron al municipio en la noche del jueves y buena parte de ellas fueron repartidas por orden del alcalde en colegios e institutos. El resto se encuentran almacenadas en el municipio por si hubiera que suministrarlas a la población ante otra rotura.Una situación, que se produce con demasiada frecuencia debido al deplorable estado de la red de abastecimiento que cuenta con tuberías de fibrocemento (material que ya no se utiliza) con más de 30 años de antigüedad y que poco a poco está acabando con la paciencia de los vecinos. UNA ROTURA MÁS Y es que cada día las averías en la red de abastecimiento se producen con más frecuencia. La semana pasada, además de la del jueves hubo una rotura por la que el municipio permaneció sin agua durante casi todo el lunes, 31 de mayo. Situaciones similares se han vivido en la localidad en septiembre y en diciembre del año 2000 así como en los meses de enero y mayo de este año.Unas averías que en esta época del año se agravan debido a que el consumo se incrementa por el calor y dificulta que los depósitos alcancen la capacidad necesaria para suministrar a toda la población cuando se produce una rotura de estas características.