Cada cuadro de Myriam Fernández Ruiz, guarda una historia plagada de recuerdos, sensaciones y olores que ella almacena para después plasmar en sus cuadros. Una playa solitaria de las Antillas, los plásticos de Almería o la ventana de la habitación de una amiga que reside en Suiza. Anécdotas y episodios que forman parte de su vida y que en estos días comparte con aquellos que visitan su exposición En Proceso en el aula de cultura de Navalmoral.Es precisamente en su tierra donde Myriam expone por primera vez una selección de 16 pinturas y 15 esculturas que según explica "está siendo muy visitada".Nacida en la conocida plaza Vieja de Navalmoral, Myriam después de marcharse de su tierra a los 20 años ha vuelto siendo abuela ha encontrarse con sus raíces. "Nunca he dejado de pintar" afirma aunque desde hace diez años señala que lo hace de una forma continuada. Sin embargo el arte de la escultura asegura "es más reciente en mi". Tan sólo lleva cuatro años trabajando con el barro pero no es capaz de decantarse entre la pintura o la escultura como un padre no hace distinción entre sus dos hijos "Hay días que prefiero coger el pincel y días que prefiero el barro". Además asegura que también se siente llamada por el arte de la literatura En sus obras de escultura se aprecia un denominador común, las oquedades que aportan profundidad y dinamismo como las que presentan en La mujer en jarras o El monje errante. Myriam también ofrece distintas muestras de su faceta belenística en la exposición.UNA OBRA SINCERA"Tomo mi propio lenguaje de la naturaleza disfruto con los olores, los aromas, los colores y eso lo plasmo, lo archivo en mi mente y lo saco en mi estudio". El resultado podrá admirarse hasta el próximo domingo en el aula de cultura."Creo que mi obra es muy sincera y llega a la gente por eso puede gustar o no gustar".Confiesa que bebe de los orígenes del simbolismo del pintor francés Paul Gauguin y del colorido intenso que utilizaba en muchas de sus obras.Por eso le cita "No copies demasiado del natural, el arte es una abstracción sacada de la naturaleza soñando ante ella y piensa más en la creación que en el resultado".Entre los visitantes que hasta el momento se han acercado a ver su muestra resalta que "conecta con los niños" porque "soy una persona que evoluciona, que le gusta aprender porque eso me da mucha fuerza".Señala que a las personas acostumbradas al realismo al encontrarse con su trabajo "puede que les choque". Respecto a la muestra incide en que estas actividades tienen un aspecto didáctico.PINTAR EN SOLITARIOAhora trabaja por libre en su estudio de pintura en los Cerros de la Santa de las Casas de Belvís de Monroy aunque ha trabajado durante años con un grupo de pintores. Afirma que prefiere pintar en solitario "porque en un estudio te puedes ayudar pero también influenciar".