Por fin una victoria. El conjunto de Navalmoral ganó un encuentro con autoridad, merecimiento y hasta con cierta comodidad después de acumular cuatro derrotas consecutivas que le habían llevado hasta un túnel con salida en Regional Preferente. Y lo hizo en el momento más oportuno, para salir de ese pasaje sin luz, pero envuelto en un ambiente enrarecido después de la marcha de Lorenzo Sánchez Holguín. El Arroyo, el día de los Reyes Magos, fue el bálsamo que necesitaba la plantilla verde. A pesar de su buena clasificación, el cuadro visitante no dio muestras de poder sacar algún punto del Municipal moralo. Y es que los dirigidos provisionalmente por el entrenador de los juveniles, Carlos Sánchez, hicieron lo que luego señaló este joven técnico de la casa en la sala de prensa: "los tres puntos tenían que quedarse en casa. Había que sacar el partido por narices".

Así fue. El Moralo superó en todo al Arroyo, un inocente conjunto que estuvo más preocupado de protegerse de las acometidas de los locales que de intentar crear peligro sobre el área de Iván. La primera mitad, pese a dominarla con claridad los verdes, apenas contó con dos acercamientos con peligro que malograron Emilio Gil y Alberto. En la segunda la decoración cambió. Las embestidas del Moralo fueron constantes hasta alcanzar la goleada.

FESTIVAL DE OCASIONES

En los primeros compases de la reanudación, el juego directo y preciosista de los moralos espabiló el partido. Una gran acción de los zurdos Crece, Emilio Gil y Alberto la culminó con el remate a bocajarro de Tito después de la dejada de Pedro con el exterior. El equipo respiró y se soltó. Sin tiempo para la reacción, los arroyanos recibieron el segundo tanto con un disparo desde fuera del área de Emilio Gil que se alojó en las redes ajustado al palo. En 3' el choque había quedado sentenciado.

Crece, Tito, Emilio Gil gozaron de oportunidades claras para haber marcado, pero fue Pedro quien subió el 3-0 definitivo al marcador después de romper el fuera de juego a pase de Crece. Bonita guinda para un grandioso periodo lleno de esperanza.