Hace meses que Andrés Bejarano anunció que su compromiso al frente del hospital Campo Arañuelo duraría hasta su incorporación como otorrinolaringólogo en el hospital cacereño de San Pedro de Alcántara. Tras trabajar nueve años en Navalmoral, tres de ellos como director del centro hospitalario, este pacense confiesa que se lleva "dos hijos moralos y grandes amigos tanto fuera como dentro del hospital". A primeros de julio de 1996 llegó al municipio para ejercer como otorrino, especialidad que estuvo desarrollando hasta enero del 2002 que se ocupó de la dirección. Tal y como era su voluntad abandona la gestión sanitaria para volver a la medicina. Mientras, hasta el nombramiento del nuevo director estará al frente el gerente del área, Jóse Antonio Jiménez. ¿Qué valoró al aceptar el cargo directivo?--Tres circustancias, primero que se daba el proceso de transferencias, histórico en la sanidad extremeña. Como extremeño tenía que echar una mano, el segundo es la persona del consejero de sanidad, Guillermo Fernández Vara y desde el punto de vista personal queria conocer la gestión. En teoria gestores y médicos siempre han estado algo enfrentados. ¿Qué es lo que más valora de su paso por la gestión?--He aprendido mucho de gestión sanitaria, de relaciones con el personal, relaciones con personas en Extremadura vinculadas a la gestión... tengo muchas experiencias positivas. ¿Y negativas?--En un puesto directivo el compañero te mira con un poquito de desconfianza, pero poca porque todo el mundo colabora. ¿Cómo es el hospital Campo Arañuelo?--El trato es muy familiar, con mucha relación interpersonal, es un hospital pequeño en el que coincide mucha gente a diario. Además tiene profesionales bien preparados, una plantilla relativamente joven y con capacidad de adaptación a las novedades. Tengo que decir que durante los tres últimos años este hospital ha sido puntero en cuanto a resultados en el Servicio Extremeño de Salud y a pesar de las obras. ¿Cómo ha llevado estas obras?--Las obras van a darle un cambio en la estructura, van a conseguir que el paciente tenga una habitación individual, que se separe la zona ambulatoria en la que se atiende al paciente sin hospitalizar y otra de hospitalización, separación que es fundamental para la mejor circulación de pacientes, familiares y profesionales. Vamos a tener una zona de hospital de día nueva, está prevista una zona de unidad de cuidados intensivos y una resonancia magnética nuclear, una técnica de radiodiagnóstico de alta tecnología que complementa y en muchas ocasiones supera al TAC. ¿Qué se lleva de Navalmoral?--Me lleva a mis dos hijos nacidos aquí, uno de nueve años y otro de dos y grandes amigos tanto fuera como dentro del hospital, el cariño de la gente. Me gusta Navalmoral es abierto, cosmopolita, donde enseguida te sientes cómodo. Han sido nueve años aquí y voy a seguir viniendo entre otras muchas razones por mi hijo Daniel, que no se quiere ir de Navalmoral.