A Fernando Alfonso lo parió su madre en Madrid por circunstancias, pero él se siente moralo hasta la médula. Se licenció en Filología Inglesa por la Universidad Complutense, vivió en Inglaterra y pasó cuatro veranos en EEUU donde trabajó con adolescentes. Hace trece años decidió regresar al pueblo que le había visto crecer para establecerse, y montó una escuela donde impartir sus conocimientos sobre el idioma que sus estudios y estancias en el extranjero le habían ayudado a perfeccionar. En febrero del 2002, junto con Puri, su mujer, inauguró el coffee-shop Aromas de Dakar, un proyecto que ambos iniciaron con muchísima ilusión pretendiendo ofrecer a Navalmoral un concepto de hostelería diferente. Fernando, ¿cómo nació en ustedes la idea de crear este tipo de local?Un día, paseando por la Gran Vía de la capital, nos llamó la atención esta franquicia. Nos gustó el concepto de coffe-shop, la idea de negocio, la decoración y comenzó a interesarnos la posibilidad de hacer algo distinto, que no existía en nuestra localidad. Sabíamos que iba a ser un giro en nuestras vidas, pero también que podría ofrecernos muchas compensaciones y ser catapulta para otras iniciativas en el plano cultural.Nos decidimos por Aromas tras sopesar otras opciones y estamos muy contentos de estar respaldados por una empresa seria, con un sello particular y de buen gusto. Fue una decisión acertada y somos pioneros en nuestra comunidad, ya que ni en Cáceres ni Badajoz existen esta clase de franquicias. Su familia también se dedicaba a la hostelería...,¿influyó este hecho en usted?Pues supongo que algo sí. He crecido entre los taburetes y las chapas de coca-cola, he "mamao" el contacto con la gente y es algo que me atrae. Pero mi intención era otra y se alejaba de la hostelería tradicional. Independientemente de establecer un espacio agradable donde tomar un café o una copa, quería crear un foco cultural, un lugar de encuentro para el intercambio y donde todos aquéllos que quisieran manifestar sus cualidades artísticas tuviesen posibilidad de hacerlo. De ahí que me pusiese en contacto con la Asociación Amigos de la Música, que han organizado audiciones y conciertos, que crease el salón multiusos para reuniones, exposiciones de pintura, fotografía, cerámica, y que tiene las puertas abiertas para acoger a los que quieran hacer uso de él gratuitamente. Además de vender un amplio surtido en té y café, en 'Aromas' se preocupan porque los productos que ofrecen sean de la tierra... Por supuesto, no hay nada como lo de "casa". La miel es de la Sierra de Gata, la mermelada que se pone en los desayunos del Guijo de Santa Bárbara, la cerveza es de Yuste. Creo que es importante ensalzar que la gastronomía extremeña, es de las mejores, y creo que a la clientela le gusta pagar por productos de calidad. Recientemente y de cara al verano ha incluido en su carta los helados.Sí, tenemos heladería artesanal valenciana que está teniendo bastante aceptación. Procuro ser innovador e ir introduciendo novedades. Las ideas surgen cuando se tiene ilusión y yo tengo mucha. ¿Cuál es su principal satisfacción al ver su iniciativa hecha realidad?Lo que realmente me gusta es que a la gente le haya gustado la idea. La diversidad de personas que a diario se pueden reunir entre estas cuatro paredes, matrimonios con y sin niños, parejas de novios, grupos de distintas edades y estilos... cuando entro y veo que se encuentran a gusto, que vuelven a visitarnos. Me hace sentir bien porque me demuestra que he conseguido lo que pretendía. Se ha rodeado de un equipo joven con el que está muy contento...Estoy encantado, porque cuento con el apoyo de verdaderos profesionales. Me dan tranquilidad y sé que puedo apoyarme en ellos con absoluta confianza. Sin ellos, Aromas no sería lo mismo. Son estupendos y les estoy agradecido por su colaboración y por apoyarnos a Puri y a mí en esta empresa. ¿Cuál es el proyecto que tiene entre manos en estos momentos?Estoy programando un concierto de Jazz para el próximo 25 de julio. Cuento con el patrocinio de un grupo de empresarios de la plaza de Comillas. Actuará el mismo grupo que ya lo hizo hace unos fines de semana, pues gustó mucho y algunos se quedaron con ganas de asistir y otros de repetir. ¿Qué le pediría al futuro?Seguir creciendo y poder ofrecer a mis clientes lo que les gusta, seguir teniendo ideas, no quedarme estancado y avanzar siempre para mejor.