María Victoria López Blázquez después de ejercer la medicina en la zona de la Siberia extremeña decidió prepararse para marcharse a países del sur donde necesitaban su ayuda. Así llegó a Camerún donde estuvo trabajando en un hospital dotado de 70 camas para una población de 20.000 habitantes. En el año 1994 vivió el genocidio de Ruanda que acabó con la vida de 800.000 hombres, mujeres y niños. Después se traslado a la república democrática del Congo. A su regreso a la región se reunió con profesionales de la zona de Don Benito para formar la delegación en Extremadura de la Organización no gubernamental para el desarrollo Medicus Mundi con sede en esta población.La directora en Extremadura ha visitado esta semana Navalmoral, primer destino de la provincia cacereña donde se muestra 218 días ante el espejo, una exposición fotográfica que muestra el día a día de un proyecto de cooperación sanitaria que se desarrolla en Camerún. Una iniciativa que recorrerá los diferentes centros educativos de enseñanza primaria y secundaria en Navalmoral, Talayuela, Rosalejo Tiétar y Almaraz.¿Cuántas personas pertenecen a la delegación extremeña?¿Y en Navalmoral?--Unos 300 socios en la región de los que hay que decir que son muy fieles, porque el que se apunta no se borra. En Navalmoral hay dos personas y una más trabajando con nosotros.¿Es necesario ser médico para pertenecer a esta asociación?--No, no hace falta. Trabajamos cada vez en proyectos socio-sanitarios más complejos y cada vez se necesita el trabajo de más profesionales de todo tipo.¿Cuáles son los trabajos que se realizan desde Medicusmundi?--Fundamentalmente sensibilizar a la población y desarrollar proyectos para el desarrollo de países del sur. Además estamos trabajando a través de un convenio con la Universidad de Extremadura para formar a profesionales.Hablemos de uno de esos trabajos de sensibilización que se está desarrollando estos días en Navalmoral--Es un proyecto de educación para el desarrollo a través de la comparación de situaciones que se plantean entre el modo de vida en los países del sur y el nuestro. Por una parte está la exposición 218 días ante el espejo, un libro que trata la misma idea realizado por un profesor para trabajar con escolares y además las charlas.¿Cómo ha resultado la primera ante los alumnos del instituto Zurbarán?--La han acogido muy bien, se han quedado impactados por las imágenes que les hemos mostrado y eso les ha situado en la predisposición de escuchar. Han sido muy receptivos y al final me han hecho un montón de preguntas curiosas interesándose por ejemplo en lo que comía cuando vivía en Camerún.