Hace 6 años que Sana Naimi llegó a Navalmoral desde su Marruecos natal con su madre y sus seis hermanos tras un ilusionante viaje para reunirse con el cabeza de familia. Su padre al igual que sus hermanos trabaja en las labores del campo mientras que su madre se dedica a las tareas domésticas.Sana no tiene ninguna duda de que desea vivir en España aunque en vacaciones viaje a Marruecos para visitar al resto de su familia. Maneja un fluido español pero reconoce que es muy difícil aprender el idioma, el principal problema con el que se encuentran todos aquellos que llegan desde el norte de África.Estudió en el colegio público El Pozón y en el instituto Augustóbriga; además guarda un gran recuerdo de su paso por la escuela de Atletismo donde afirma que hizo grandes amigos.Tiene 19 años y es una de las tres intermediadoras culturales que trabajan en la delegación local de la asociación Cáceres Acoge. ¿Qué fue lo más difícil al llegar a España? El idioma, cuando llegas y te das cuenta de que no eres capaz de comunicarte sientes que no puedes hacer nada. No puedes estudiar, ni trabajar ni mucho menos hacer amigos. Pero ahora no tiene ningún problema para hablar español Bueno, yo llegué con doce años y además sabía un poco de francés por lo que me resultó algo más fácil aprender. Además de las clases me sirvió de gran ayuda participar en la Escuela de Atletismo, en la escuela hice muchos amigos no sólo marroquíes sino también españoles. ¿En que consiste su trabajo de mediadora intercultural? Mi trabajo consiste en ayudar a todos aquellos que tienen problemas de integración bien porque no conozcan el idioma o porque no tengan trabajo o casa, independientemente de su cultura, su religión, su color de piel o su procedencia, no sólo a los marroquíes. Ayudarles hasta que se españolizan; les acompaño a apuntarse al colegio, les ayudo a la hora de buscar casa o trabajo e intentamos desde la asociación facilitarles aquello que necesiten. ¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo? Todo, ayudar a toda la gente sean blancos o negros no sólo a mi gente. ¿Se ha sentido rechazada por su procedencia o por su color de piel? No, yo tengo amigos no solo marroquíes también españoles, creo que no hay racismo en Navalmoral; aunque en alguna ocasión me hayan insultado por la calle no creo que se pueda decir que hay racismo. ¿Qué diferencias encuentra entre España y su país? Diferencias hay muchas de religión, de piel, de comida, de ideas, de pensamiento... ¿Le gustaría volver a Marruecos? Sólo en vacaciones para ver a mi familia pero no para vivir. Me gustaría quedarme a vivir en España. Desde que estoy aquí he visitado mi país en dos ocasiones y es más duro, allí los jóvenes son más maduros, con más responsabilidades. Me ha costado trabajo adaptarme porque aquí tengo mucha más libertad y tenemos otro modo de vida muy diferente.