Lleva más de tres décadas de trabajo en un oficio que aprendió en África, cuando cumplía su servicio militar, y que ha perfeccionado con mucha voluntad y numerosas lecturas. Vidal Encinas Juárez, natural de Peraleda de la Mata, lleva más de treinta años dedicado a la taxidermia, una técnica que permite "naturalizar animales ". Encinas describe al taxidermita como una persona "con dotes de escultor ", pues entiende que el trabajo bien hecho se consigue cuando "la pieza adquiere vida, aún estando muerta ". Encinas señala además que la taxidermia es una profesión "controlada", que dispone de un registro de control de las piezas con las que se trabaja. ¿Dónde aprendió el oficio? Lo aprendí en África, cuando estuve en la mili, allí me inicié y después me he documentado, he leído y sigo leyendo mucho, podemos decir que soy prácticamente autodidacta. La taxidermia es una técnica que se aprende con el tiempo. La taxidermia es un oficio muy controlado, ya que la materia prima son animales Sí, todas las piezas que entran en este taller son registradas en un libro de entrada en el que se hace constar el nombre del cliente, la procedencia legal, la fecha y el lugar de captura y otra serie de datos que identifiquen la presa. Y cuando las entregamos, los trabajos son recogidos en un libro de salida. Todas las hojas están registradas por la Junta de Extremadura. ¿Cuáles son las principales técnicas que utiliza? Aunque hacemos trabajos de naturalización de animales, los más frecuentes son los trabajos en hueso y colmillos, lo que se conoce con el nombre de cráneos frontales y tablas de colmillos. También realizamos accesorios y complementos a partir de cuernos como llaveros, mangos para bastones, cuchillos o adornos para cuadros. ¿Sus principales clientes y la procedencia de las piezas? Son cazadores de la zona, y las piezas proceden en su mayoría de la sierra de las Villuercas e Ibores. En estos momentos estamos naturalizando unas piezas procedentes de Suráfrica. ¿Con qué tipo de animales trabaja frecuentemente? Los principales son ciervos, jabalíes, algún muflón, corzo o zorros. También trabajamos con peces, fundamentalmente lucio o blas-blas. Puntualmente, naturalizamos piezas, menos comunes, como este gran kudú (señalando una monumental cabeza) procedente de Suráfrica, o un antílope acuático o un orix. En su larga trayectoria, ¿recuerda alguna pieza especialmente? Quizás por señalar alguna, destacaría la naturalización del chivo con dos cabezas, que nació en una explotación de Tiétar, quizás por la singularidad de la situación. Pero resulta difícil señalar una en tantos años de profesión. La taxidermia es un oficio artesanal, ¿el taxidermista requiere alguna cualidad especial? El taxidermista debe ser casi un escultor, porque las piezas para que queden bonitas se les debe dar vida, naturalizar significa dar vida, ese es el reto de un taxidermista.