La feria del libro en Navalmoral ha sufrido en esta edición un descenso no sólo en la venta de obras, sino también en asistencia de público. A nadie extraña la falta de respuesta a pesar del interés de las distintas conferencias y charlas programadas. Lo mismo que no sorprende el éxito de la proyección de la película 'Soldados de Salamina'. La diferencia, el formato. Elaborar una programación cultural significa tener en cuenta el gusto de los destinatarios, y no sólo el de sus promotores; quizá no se trata de cambiar el fondo pero sí la forma. Una filosofía que se hace extensible, aprovechando que estamos en campaña electoral, a todos los que pretenden acercarnos sus programas. No se pueden elaborar propuestas, ni ofrecer soluciones y, mucho menos, convencer con fórmulas que no entienden ni quieren entender los interlocutores de los que curiosamente emana la decisión de que uno u otro rijan los destinos públicos. Señores busquen, piensen y adáptense a los nuevos tiempos, que para algo estamos en la sociedad... de la información.