Llegaron Las Candelas, una fiesta en la que las madres llevan a sus niños a misa. Los nacidos en el año son así presentados a la Virgen, por la mañana en la iglesia de San Andrés y por la tarde en las Angustias.

Es una misa en la que los pequeños duermen; otros ríen y otros lloran, pero es para ellos y nadie puede quejarse porque se sienta molesto.

Antiguamente se elegían unos padrinos que solían regalar una tarta y dos palomas que, por último, se rifaba entre todos lo pequeños asistentes. Estos padrinos acompañaban al sacerdote en la ceremonia y luego en la procesión. Al terminar, dicho sacerdote ofrecía los niños a la Virgen. También una jovencita solía vestirse de Virgen y dos niñas pequeñas de angelitos. Era una ceremonia muy bonita y emotiva, pues las madres y abuelas presumían de sus pequeños ese día. Había un refrán que decía que si las velas que llevaba la Virgen en la procesión entraban encendidas en la iglesia, el invierno estaba fuera pero, si entraban apagadas, teníamos invierno para largo. Luego, al atardecer nos poníamos nuestra falda negra, nuestro mandilito en tonos suaves, nuestra camisa roja o verde y nuestra toquilla de pelo cabra, tembladera, siguemepollo y pendientes de chozo y marchábamos al baile de Las Candelas. Este día empezaban los carnavales. En los tiempos de nuestras abuelas, cada día se ponían un pañuelo distinto pero siempre reservaban el mantón de manila para el domingo gordo. También uno de los más llamativos era el pañuelo de los cien colores, aunque también tenían el pañuelo de pavo, el de tres cenefas y el de parma. Había de varias maneras y colores. El negro y el marfil eran unos pañuelos preciosos, aunque los de colores llamativos eran los más habituales. Luego en los collares se llevaba la tembladera, el galápago y la cruz, eso quedaba al gusto de la moza que lo lucía.

Los pendientes se llamaban unos de reloj, otros de chozo, otros de lazo y otros de perilla. Posiblemente me quede alguno más por recordar pues había varios modelos. Las horquillas se solían llevar seis en cada moña. Todos estos aderezos se hacían en oro, plata y cobre. Los de oro, por lo general, eran los de las bolas pequeñas, luego los de plata y cobre que las cuentas eran de mayor tamaño. Cada cierto tiempo había que mandarlo dorar, pues poco a poco perdían el color. Siempre estas bolas estaban enhebradas en hilo y con una presilla en cada esquina se ataban al siguemepollo. Ahora sin embargo, va todo unido, bolas y tembladera.

En esta vida cada uno cuenta la feria según le va, yo esto que os cuento, es lo que ví y escuche a mis mayores. En mi familia aún se conserva la pollera de mi bisabuela, aunque no está en mi poder pero sí está en Navalmoral, siendo el propietario el hijo de una prima hermana de mi madre. Es de lana tejida y conserva sus bonitos colores.

¡Ojalá el tiempo acompañe y sea bueno!

Un moralo ya muy mayor me decía hace ya algunos días que según el calendario zaragozano, el tiempo será espléndido para los carnavales.

Cuando nos queramos dar cuenta habrán pasado y tendremos las elecciones encima, que darán paso a la Semana Santa. El tiempo no corre, vuela o somos nosotros los que caminamos demasiado deprisa. Los días ya se notan más largos y el Jardinillo vuelve a llenarse de niños jugando. Si sigue así tendremos una primavera temprana y nuevamente aquel refrán que dedicaron a febrero será una realidad. Decía así: en febrero busca la sombra el perro, el cochino el bañaero pero no por todo el día entero o este otro que decía febrerillo el loco que sacó a su madre a pasear y la apedreo . Uno y otro muchas veces fueron realidad.

Querida Marta, resulta muy agradable ver en la casa de Gran Hermano, ahora que estáis en la casa que llamáis la rica el nombre de Navalmoral, nuestro pueblo. Me gustaría escucharte ahora que llegan los carnavales alguna cosita referente a ellos, junto al nombre que tienes allí puesto. Debes poner algo, para que vea toda España cómo lo celebramos. Espero que tengas mucha suerte y que quedes número uno en ese concurso pero no olvides que prometiste dar publicidad a nuestra fiesta. Somos muchos los moralos que así lo estamos esperando, así es que no te olvides y danos esa alegría. Ponte la camiseta del logotipo para que se vea bien.

Pasó San Blas, el santo lució sus cordones en el brazo; en El Toril es una fiesta grande porque festejan a su patrón. Luego esos cordones son comprados por todos los asistentes, que en grandes cantidades se llevan para sus familias. Ya sabemos que San Blas según la sabiduría popular cuida de nuestras gargantas para que gocen de salud. Nos lo ponemos ese día esperando al año siguiente para cambiarlo. Es una tradición muy antigua pero que aún se sigue celebrando.

En El Toril aún siendo un pueblo de muy pocos habitantes esta fiesta se realiza con gran esplendor. Tienen sus carreras de caballos, sus comidas, sus bailes; aunque este año el tiempo no los ha acompañado, el número de caballos que participaron superaron la veintena. Por desgracia dos cayeron y hubo que sacrificarlos. Ya sabemos que los caminos y el campo con tanta agua como ha caído no es el mejor momento para estas celebraciones pero parece ser que los asistentes dijeron que había que celebrarla.

Menos mal que el día 3 de este mes de febrero, San Blas si pudo tener su fiesta con un buen día y las gentes de El Toril y los de las fincas colindantes pudieron celebrar el día de su patrón como ellos estuvieron esperando durante el año.