Cuando existe entusiasmo, ilusión y ganas de ser algo en la vida, el empuje de nuestra persona no para ni un segundo hasta que busca su logro. Abrir un sábado por la tarde (no siendo los marcados por los que creen que gobiernan el municipio), es más que de circo o curioso, los viandantes pasan por la puerta de las tiendas con una asombrosa mirada como si los dependientes estuviesen robando, en la ruina o locos. Pero, lo asombroso es cuando algunos vienen a tu tienda y el comentario es: "¡Qué alegría de comercio, color, luz!". En una palabra "no se cabía", ejemplos: Cáceres, Plasencia, Talavera, Alcorcón y Móstoles, porque no llegaron hasta el centro de Madrid, si no hubiesen alucinado. Desde adolescente me dijeron que lo que realiza una persona lo puede hacer otra, pero por lo observado lo que hace el comercio exterior (quitar clientes), en este paraíso no interesa, quedaría como rebajarse al consumidor (ser digno de lástima), los lugares se levantan con alegría comercial pero analizo que lo único que se busca en algunos lugares como este, es que cada vez tengamos más tiempo libre, y los momentos, son para pensar y cavilar como pudiera caminar todo mejor. Así será al estilo de los grandes 'lumbreras' que tan solo viven del recuerdo y sin ganas de triunfo en la vida (los años, han podido con ellos). Un compromiso, es una canción de Antonio Machín, pero el empresariado lo quiere todo de un golpe, y sin comprometerse, ¡así, se nos ve el pelo! Todos calvos, ya se está ordenando una ley del código de comercio por la cual, "al que porte una prenda de marca, recibirá la comisión que le corresponde por su publicidad", es el momento de comprarlas, a final de cuentas nos llevaremos algún 'eurito'. Sábado, sabadete, por la mañana abres, y por la tarde no te comprometes. ¡Vete!