Las expectativas que las fuerzas aliadas crearon al afirmar que la victoria en Irak sería rápida, ya anuncian que no se van a cumplir. Comienzan las muertes masivas de civiles, los bombardeos caen en barrios residenciales y en centros comerciales a hora punta y se empieza a dibujar un mapa sangriento con las matanzas de inocentes. Mientras, en las calles de todo el mundo se reivindica que paren los combates, las manifestaciones se multiplican y en Navalmoral, al igual que en el resto del globo, se incrementan las muestras para exigir la paz, que no han cesado ni un sólo día.Esta semana la delegación local de Unicef enviaba una nota informativa a nuestra redacción en la que cifraban el número de niños desnutridos en Irak en 400.000 antes de esta guerra. Unos datos desoladores si tenemos en cuenta que pocos de ellos podrán sobrevivir a la situación que está viviendo el país, que se prolonga en el tiempo, carne de cañón para los que poco podrá valer la ayuda humanitaria que llegará cuando finalice esta matanza.