La economía de más de 20.000 familias de nuestra zona depende exclusivamente del cultivo del tabaco. El sector industrial está formado por 1.060 trabajadores y a estos hay que sumar los cientos de personas que realizan su labor en organizaciones agrarias. Estas cifras justifican las distintas movilizaciones de un sector e incluso de una zona que se vería abocada a la ruina si finalmente en el 2007 se acaba con la producción en estas tierras y las multinaciones consiguen trasladar la producción europea a países del tercer mundo, donde la mano de obra es menos costosa. Al parecer esta es la política de mercado que prima no sólo en este sector sino que en los últimos años cada vez son más las empresas que prefieren ubicar sus sedes en estos países y seguir explotando a una población que carece de derechos. Volvemos a centrarnos en el sector tabaquero para cuestionarnos la propuesta de Bruselas que afirma que se debe buscar un cultivo alternativo. Eso sí, sin que sean capaces de dar una pista sobre ese cultivo que va ser el remedio de todos los males.