Un arte diferente. Así califican sus creaciones los conocidos como graffiteros . Aerosol en mano estos jóvenes llenan de color las paredes de diferentes edificios.Sin embargo, esta práctica no es bien vista por todos los ciudadanos que más que una expresión artística consideran estos dibujos como un acto de gamberrismo.Pero, al margen de los detractores, también hay quien piensa que es una buena manera para que los chicos se expresen. Así con esa premisa, el instituto de educación secundaria Augustóbriga celebró hace unas semanas un concurso para que su alumnado "pudiera manipular el entorno y de esta manera hacerles partícipes del centro, un lugar en el que pasan tantas horas al día ", afirmaba Iñigo Duarte, profesor de Educación Plástica y Visual y promotor de esta iniciativa artística.HERRAMIENTA EDUCATIVAY así lo que empezó como una mera práctica, en la que participaron chicos de tercero de educación secundaria hasta primero de bachillerato, se está convirtiendo en toda una herramienta educativa, "es una técnica que funciona muy bien a nivel educativo y que ha encontrado mucha aceptación entre los escolares por lo que seguiremos decorando las paredes del centro ". Una decoración crítica, reivindicativa y con mensaje.Duarte, que ya ha realizado esta actividad en otros centros en los que ha impartido clases, considera que respetando los lugares y practicando el graffiti en sitios controlados "se pueden hacer cosas muy interesantes " y acabar con el aspecto negativo que socialmente tiene esta práctica artística.Aunque el principal objetivo que persigue la asignatura con esta actividad es que los chicos aprendan a dibujar, también "es bastante interesante a nivel social, porque aprenden a pensar por sí mismos y a transmitir mensajes muchos de ellos con una gran carga social ", afirma.REPETIR LA EXPERIENCIAPor este motivo dentro de poco los chicos a los que imparte clase volverán a coger los pinceles, la pintura y el spray para realizar cuadros de grandes dimensiones en el resto de las paredes del instituto -cada graffiti alcanza unas dimensiones de más de dos metros de alto y cinco de ancho-, llegando a una producción al final de curso de diez graffiti. De esta manera el I.E.S. Augustóbriga convertirá sus blancas paredes en espacios llenos de colorido. Una iniciativa que Duarte espera continuar en el próximo curso educativo.