Chaval! ¡Y a son 50 tacos! ¡Cuídate!". "¡Lo mismo digo, jefe!" Este diálogo ficticio entre Mortadelo y Francisco Ibáñez, su creador, resulta una advertencia casi innecesaria. Como si hubieran ingerido una pócima del profesor Bacterio, los sabuesos Mortadelo y Filemón han dado muestras en estas cinco décadas de una vitalidad envidiable. Parafraseando el tango, se podría decir que para ellos y para su autor 50 años no son nada (el propio Ibáñez no tiene empacho en reconocer que sigue disfrutando como un enano). El creador de cómics más popular de España, pese a su repelús al ordenador, ha sabido evolucionar con los tiempos y sus personajes siguen tan frescos como el primer día, aquel lejano 20 de enero de 1958, fecha de su feliz alumbramiento.

Sus fans se cuentan por legiones y no solo en España (en Alemania y en Dinamarca son unos ídolos). Por eso, resultaba imprescindible El gran libro de Mortadelo y Filemón. 50 aniversario , que acaba de publicar Ediciones B. El libro / homenaje consta de seis apartados que suelen coincidir con las etapas más importantes de estos surrealistas agentes de la TIA. Y al final, una muy agradable sorpresa, un DVD conmemorativo que incluye, entre otras cosas, una entrevista a Ibáñez y un avance de la película Misión: salvar a la Tierra .

En el capítulo El nacimiento de un mito se recuerda el contexto en el que vieron la luz: la España de la posguerra, en la que los tebeos, el cine y la radio constituían las ofertas de ocio más importantes. En uno de esos tebeos, el semanario Pulgarcito de Editorial Bruguera, asomaron tímidamente la cabeza.

Remedando las teorías de Darwin, el libro nos deleita con la evolución gráfica de los personajes. De la simplicidad de los trazos de las primeras historietas a la expresividad actuales va un largo trecho. Pero ya desde el principio Mortadelo ha sido siempre el paradigma de la ingenuidad y su jefe, Filemón, el listillo que resulta no serlo tanto.

Un elemento definitorio de la serie en general y de Mortadelo en particular son los disfraces: sorprendentes, esperpénticos y surrealistas, que se complementan con la utilización cada vez más frecuente de la exageración de los rasgos: cuerpos alargados, ojos que se salen de las órbitas.

1969 marca un hito importante. Los modestos sabuesos se incorporan a la TIA. Y ya como triunfadores pasan de protagonizar historias cortas a álbumes de 44 páginas en El Gran Pulgarcito . En la TIA nos encontramos con nuevos e impactantes personajes: el superintendente Vicente, el gafado profesor Bacterio y la siempre enamorada y oronda señorita Ofelia.

La llegada de Mortadelo y Filemón a la TIA permite a Ibáñez ofrecer a sus lectores un sinfín de sorprendentes gadgets . Este recurso, al llevarlo al cine, permitirá el lucimiento de los efectos especiales. Y, por su puesto, no hay que olvidarse de los más voluntariosos que efectivos inventos del barbudo profesor Bacterio. ¡Cuánto juego dan!

En su imparable camino hacia el estrellato, nuestros héroes dan un paso más en 1970 al conseguir una revista propia y siguen su imparable lucha contra los malos muy malos que se les cruzan en el camino: Magín, el mago; Lucrecio Borgio; Bruno, el Megavatio, y Billy, el horrendo. Son solo una muestra.

Una vez más, el ingenioso Ibáñez nos demuestra que en esto de ir a la page él y sus criaturas son los primeros. Y en la tercera etapa del volumen (1987-2008), titulada ¡Al filo de la actualidad! , no dejan lugar a dudas. Tras un paréntesis de dos años, creador y criaturas vuelven a las andadas. El retonno marca la segunda época de Mortadelo de la mano de Ediciones B. La TIA renueva el armamento y los gadgets. Y el teléfono móvil e internet irrumpen con fuerza.

En esta nueva etapa Ibáñez y su troupe abordan temas de actualidad. Nada escapa al ojo irónico del humorista: desde temas sociales y políticos hasta aspectos económicos pasando por populares series de la tele. Personajes archiconocidos de la política aparecen, eso sí, con los nombres convenientemente cambiados pero reconocibles: Aznar, el exdirector de la Guardia Civil, Luis Roldán, Ruiz Mateos y George Bush. Lo mismo sucede con los famosos mediáticos como el presentador de Operación Triunfo , Carlos Lozano, Ronaldinho o Pau Gasol.

Infatigable lector, Ibáñez se atreve también con Don Quijote . Un homenaje a modo de parodia que acerca el