El mundo entero supo ayer dónde iba a pasar Tony Blair sus vacaciones después de que el Boeing 747-400 de British Airways procedente de Londres, en el que viajaba con su familia, se saliera de la pista al aterrizar en el aeropuerto de Miami.

Instalados en primera clase, donde cada billete cuesta 11.000 euros, Tony, su esposa, Cherie, y sus cuatro hijos, con edades comprendidas entre los 22 y los 6 años, formaban parte de los 343 pasajeros que terminaron el vuelo rodeados de ambulancias y sirenas de policía. La British ha culpado del percance al aeropuerto de Miami por la mala señalización de la pista.

La familia del mandatario británico fue la primera en ser evacuada, si bien nadie resultó contusionado. Después del incidente, los Blair se trasladaron a la fabulosa mansión, valorada en 7,5 millones de euros, que Robin Gibb, miembro de los Bee Gees, posee en Miami Beach.

El mánager del legendario grupo de los años 70, John Campbell, confirmó la presencia de los inquilinos de Downing Street en la propiedad. "Son unas vacaciones privadas y es un acuerdo privado. Son amigos", explicó. Gibb, de 57 años, había participado con Blair en un mitin electoral en Yorkshire. En el acto, Blair presentó a la estrella como uno de sus "héroes". A la hora de planear sus vacaciones, el líder laborista suele recurrir a amigos ricos y famosos.

Desde el 2003 han disfrutado de la hospitalidad del cantante Cliff Richard, que posee una villa en la isla de Barbados. Los Blair también han sido los polémicos invitados de Silvio Berlusconi, cuando el italiano, ahora procesado, era primer ministro. Un palacio del siglo XVI en la Toscana ha sido otro de sus destinos. El pasado año los Blair pasaron el fin de año en Egipto, pero ahora han preferido viajar a una zona menos conflictiva.