El príncipe Alberto de Mónaco, que el año pasado ya asumió la paternidad del pequeño Alexandre, de 3 años, reconoció ayer "oficialmente", a través de sus abogados, la paternidad de Jazmin Grace Rotolo, una adolescente de 14 años, estadounidense y que vive en Palm Springs (California). La joven pasa a ser la primogénita del soberano del principado, aunque tampoco tendrá derecho a ocupar el trono monegasco.

"El príncipe reconoce oficialmente la paternidad, establecida jurídicamente ya hace semanas", manifestó uno de sus abogados, Thierry Lacoste, en una entrevista concedida al periódico parisino Le Figaro. El letrado precisó que la intención de Alberto II era la de "guardar silencio" hasta la mayoría de edad de Jazmin Grace. Sin embargo, la presión de los periodistas y los fotógrafos, que persiguen a la joven "desde hace semanas" por las calles de su ciudad, ha convertido la situación en "insoportable" para la joven.

UN FUTURO EN EL PRINCIPADO Según Lacoste, por el momento la adolescente "proseguirá sus estudios en Estados Unidos", pero acudirá a Mónaco en periodos "de vacaciones" y podría incluso estudiar un traslado definitivo, en un futuro indeterminado, "para vivir allí".

Jazmin Grace, según confirmó el abogado, no se beneficiará de los derechos de sucesión al trono, a pesar de la ausencia de descendencia oficial por parte de Alberto II, que sigue soltero. "La cuestión dinástica ni se plantea", zanjó Lacoste. La Casa Grimaldi únicamente considera como descendientes oficiales con derechos dinásticos a los hijos de matrimonios católicos.

Jazmin Grace fue fruto de una relación pasajera del príncipe con una camarera californiana, que disfrutaba en Mónaco de sus vacaciones junto a su marido, en 1991. La revelación de esta paternidad ha sido forzada por la publicación, ayer, de un libro, Les dessous de la presse people, en el que se detalla la identidad de la segunda hija del príncipe.

Alberto II de Mónaco ya reconoció, el pasado mes de julio, que tiene un hijo de tres años, llamado Alexandre, cuya madre es una azafata togolesa, Nicole Coste. El soberano le pasa periódicamente una pensión y se encarga de todos los gastos de Alexandre, quien tampoco tendrá derechos de sucesión, aunque sí a parte de la herencia.