La fiesta de Contempopránea continuó anoche en la ladera del castillo de Alburquerque con la segunda tacada de conciertos tras el intenso estreno del viernes en el que la música no dejó de sonar hasta las ocho de la mañana. Aunque no hubo lleno y las taquillas siguieron abiertas, la organización estima que más de 3.000 espectadores asistieron a los conciertos con los granadinos Lori Meyers como triunfadores de la primera jornada. Al cierre de esta edición, los escoceses Camera Obscura habían comenzado a tocar poco después de las diez y media de la noche, uno de los platos fuertes de la clausura, en la que también se esperaban durante la madrugada de hoy a Deluxe, La Casa Azul, Coppini&Maga, Tachenko y Lagartija Nick.

Encanto y música

Pero antes de Camera Obscura le había tocado el turno a los extremeños Cajón de Sastre que, junto a Indigo, fueron los encargados de abrir la jornada del sábado en una calurosa tarde en el recinto del festival. Los sevillanos Montevideo no defraudaron y la banda catalana Facto Delafé y las Flores Azules, una de más esperadas y en mejor forma de la escena indie, ofreció al atardecer un concierto lleno de magia que maravilló a sus seguidores.

El exigente cartel de esta decimotercera edición quedó patente en la jornada inaugural del viernes. Si Lori Meyers fue de lo mejor, tampoco le fueron a la zaga los cordobeses Deneuve y Niños Mutantes, otro producto de la inagotable cantera granadina, que volvieron a emocionar con su versión del Como yo te amo de Rocío Jurado, al que un público entregado sirvió de coro. El momento más tenso de la madrugada del sábado lo pusieron los miembros de Sidonie, que se marcharon del escenario enfadados por no poder completar su concierto. La organización explicó posteriormente que no habían realizaron la prueba de sonido y habían tenido que utilizar 20 minutos de su concierto para poder chequear sus instrumentos. A Sidonie no le gustó nada tener que marcharse del escenario, pero Contempopránea dejó claro ayer que no estaba dispuesta a hacer distinciones en el tiempo asignado a cada grupo.

A continuación, Niños Mutantes recuperó el ánimo entre los espectadores que, a excepción del concierto de Lori Meyers, no sufrió los apretones de otros años en el recinto de la ladera del castillo. La razón, comentan los más asiduos a este festival, es que este año no se ha contado con Los Planetas, la banda que más seguidores arrastró con diferencia el año pasado.

A la música y el fenomenal ambiente que se vivió en la madrugada del sábado en Alburquerque acompañaron también las suaves temperaturas. Ni hace el calor de otros años y hasta hizo falta protegerse del frescor de la noche con manga larga y pantalones. Jet Lag y L Kan tuvieron que lidiar con el horario más tardío ya que sus conciertos no comenzaron hasta pasadas las cinco de la madrugada. Dj Rojiblanco sirvió el desayuno en forma de canciones ante cerca de 500 fans que aguantaron el maratón.

Pero si algo hace diferente a este festival es que sirve cada año para ver la evolución de todo lo que se mueve alrededor de la música independiente. El festival ofrece la posibilidad de comprar ropa, música y objetos de tu grupo favorito en un mercado situado antes de llegar al escenario. Colorido, originalidad y esa impronta indie del público hacen inconfundible el ambiente siempre popero que inunda Alburquerque estos días.

A falta del balance final, Contempopránea volvió a demostrar que es una apuesta segura para que Extremadura mantenga mucho tiempo un festival de referencia. Las estrellas de la música independiente no faltan en su agenda.