Zalamea de la Serena apareció el jueves, en el estreno de su representación anual de El alcalde de Zalamea , completamente ajena a la polémica desatada por la SGAE. Su alcalde, Javier Paredes Jara, se mostró ayer tranquilo por el apoyo de su "gente", porque los actores no se han retirado y llega "sangre fresca" que quiere ayudar a solucionar el problema.

Y es que aunque Francisco Bridas, autor de la adaptación que los habitantes del pueblo llevan representando 15 años, ha cedido de manera altruista los derechos de su obra de por vida, la SGAE no está dispuesta a olvidar el asunto e insiste en que Zalamea debe seguir pagando derechos de autor, 95 euros por cada puesta en escena, más un 10% de la taquilla.

Así, desde hace dos meses varias personas se reúnen para trabajar en una adaptación propia de la obra teatral de Calderón, de enrevesada puesta en escena, para poder trasladarla a las tablas el año que viene.

Belinda Washington

La representación del jueves, la primera de las cuatro que se harán este año, y a la que sólo pudo asistir un público muy acotado --familiares y amigos de los actores y organizadores, además de la actriz Belinda Washington, que presidió el acto--, alcanzó, como la de ayer, lleno absoluto. Lo mismo se espera para esta noche y mañana, ya que sólo quedan unas 200 entradas (el aforo alberga 1.700 localidades) a la venta, que se dispensarán en taquilla.

Zalamea, al contrario que la también literaria Fuente Obejuna, no quiere salidas de tono ni carteles que denuncien la situación, porque "las cosas no se arreglan con una pancarta encima de un escenario".

El alcalde no sabe si asistirá al teatro algún representante de la SGAE. "Me trae sin cuidado", dijo, porque no quiere ceder en las negociaciones. "Es como si nos cobraran por hablar de nuestros abuelos. Esta obra está dentro de nuestro acervo cultural. Es el sentimiento de un pueblo".

Paredes se mostró feliz por las muestras de apoyo que está recibiendo y bromeó: "Si la SGAE quisiera impedirnos representar El alcalde de Zalamea tendría que enviar a los Geo, porque hay muchos miembros de la Guardia Civil que trabajan en la obra".

Actividades

El pueblo pacense se llena estos días de gente de fuera, unas ocho mil personas. Cada año está dedicado a una provincia limítrofe, y en el 2009 el turno es de Ciudad Real, así que se han organizado excursiones a dicha provincia y potenciado las visitas de sus habitantes a Zalamea.

Muchos de los visitantes no acuden para ver la obra, sino atraídos por las actividades complementarias. La ambientación que envuelve las calles es típica del siglo XVI, la época en que Pedro Crespo, alcalde de Zalamea, dio muerte a un capitán de los Tercios de Flandes por violar a su hija. Así, se puede visitar un mercadillo infantil (abierto por las mañanas), ampliado 800 metros este año, la recreación de una antigua era o un típico mesón, donde se comen carnes a la brasa en mesas con vasos y platos de barro. Juglares que deleitan con sus canciones, espectáculos y versos, lavanderas, villanos y villanas, aguadores... Una completa recreación de la época, informa Ventura Pozo.

Zalamea sigue como todos los años. Y el público continúa aplaudiendo fuertemente la frase "Al rey la hacienda y la vida se ha de dar, pero el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios".