Si la misión de un festival de cine es descubrir joyitas, el de Málaga ha dado en el clavo con Selfie, película tan divertida, refrescante y subversiva como humilde. El nuevo trabajo del director Víctor García León es un impagable retrato de un cretino de derechas y un cretino de izquierdas. Los dos, peleando por una chica ciega, que, en realidad, es España y no sabe lo que quiere.

Rodada con dos duros en régimen de cooperativa, la pequeña Selfie consigue ser enorme gracias a su protagonista, el debutante Santiago Alverú, que se pone en la piel de un pijazo extremo, un hijo de un ministro del PP encarcelado por corrupción. Con papá entre rejas, el chaval se ve obligado a buscarse la vida fuera del chalet de lujo en el que vive. Terminará metiéndose en el metro, descubriendo por primera vez el barrio madrileño de Lavapiés y colándose en el movimiento Podemos, no sin antes pedir cobijo -y yogures- en casa de su asistenta. Su nivel de cretinismo es tan alucinante que el espectador termina por cogerle cariño.

Tras Vete de mí, García León ha tardado 11 años en volver a dirigir. En este tiempo se le han caído unos cinco proyectos. El resultado es una comedia inteligente que aspira a buscar a un público exigente.

Mérito del debutante

Gran parte del mérito del filme es Bosco, el protagonista. La experiencia de Santiago Alverú se limitaba a un blog de cine donde hacía entrevistas subversivas a las estrellas. García León no sabía dónde hallar al protagonista. Una directora de casting le habló de Alverú y quedaron. «Al lado teníamos unas chicas muy pijas y le pedí que empezara a hablar con ellas. Era tan divertido, tan caradura, tan pijo y tan clasista que no lo dudé. Era mi actor», cuenta el director. Selfie se cuela en mítines reales del PP y de Podemos durante la campaña del 26-J. El equipo contactó con ambos partidos y les mandó el guion. No pusieron inconvenientes y les abrieron las puertas. Así, el pijo Bosco se mueve como pez en la agua en las filas de los conservadores -hablando, incluso, con Esperanza Aguirre- y también se zambulle en las filas moradas.