Woody Allen emprendió ayer su discurso, rodeado de políticos, bajo un gorro playero y las manos en los bolsillos. Un foso de agua, como los que en el zoo separan a las bestias de los visitantes, le separaba de los periodistas, que asistieron a la única convocatoria de prensa que piensa convocar para hablar de Summer Project 2007 . Con este apodo identifica a la película que el próximo lunes comienza a rodar en Barcelona. La cuestión es no avanzar demasiada información. Ni siquiera el título. Aunque es probable que aparezca en él la palabra Barcelona, según confesó el director neoyorquino a algunos invitados al acto de presentación del rodaje. El director de Manhattan aceptó aparecer ante la prensa --lo hizo en el Hotel Miramar--, pero con dos condiciones: que no se le planteara ninguna pregunta y que no se le acorralara.

Allen no da crédito. No se esperaba la curiosidad que despierta en la ciudad (allí estaban la ministra de Cultura, Carmen Calvo, los consejeros Joan Manuel Tresserras y Josep Huguet, y varios representantes municipales) ni la expectación que genera su película, a la que define como "una carta de amor a Barcelona". Desde ella, asegura, "recorrerá la Tierra". El cineasta quiere presentar la ciudad como él la ve. "Con mis ojos, de la misma manera que hice con Manhattan". Ni una referencia a París, a Venecia y a Londres, las otras ciudades europeas donde ha rodado.

CARTEL COMPLETO Sobre el reparto español solo citó a Javier Bardem y a Penélope Cruz. Ambos llegaron ayer a Barcelona, donde aterrizó también Scarlett Johansson . "Los conocía de verlos en grandes películas. Me alegro de contar con ellos, y con tantos actores catalanes, a los que he descubierto viendo películas". La lista del cartel estaba en el dossier de prensa: Manel Barceló, el único que asistió al acto --"haré de médico", avanzó--, Lluís Homar, Lloll Bertran, Josep Maria Domènech, Abel Folk, Joel Joan, Jaume Montané, Julio Perrillán, Mireia Ros y Silvia Sabaté. Una prueba para superar el casting era improvisar en inglés una charla en una galería de arte. Joan Pere y Jordi Boixaderas no la pasaron. El rodaje durará siete de semanas, y a Asturias se añade otro escenario: Nueva York.