La presencia de Mario Vargas Llosa en Extremadura ha sido frecuente en la última década. Siempre alabó las bonanzas de esta tierra y, por supuesto, la de sus gentes, a las que siempre tuvo cerca.

Algunas de sus apariciones públicas marcaron a quienes dialogaron con él. A principios del 2001, Vargas Llosa visitó en Badajoz la exposición que sobre el Carnaval habían realizado una serie de fotógrafas sobre un evento que le atrajo.

Pero quizás uno de los actos que más le cautivaron fue cuando la Unión de Bibliófilos de Extremadura le hizo un reconocimiento público a su dilatada carrera finales de mayo del 2005. El escritor peruano fue homenajeado en Almendralejo, donde impartió una conferencia, y en la que presentó su última novela por aquellas fechas: ´El paraíso en la otra esquina´.

No faltó tampoco en esa fecha una visita a Trujillo, donde tras recorrer los lugares más emblemáticos de la ciudad natal de Pizarro, recorrió la Real Academia de las Letras y las Artes de Extremadura. Allí firmó en su libro de honor y se interesó por la labor que realizan. El presidente de la academia, José Miguel Santiago Castelo, pormenorizó el trabajo y los logros que en pocos años habían realizado.

También pasó Vargas Llosa por Mérida. Acompañado por Aitana Sánchez Gijón, a principios de agosto del 2006 ambos pusieron en escena ´Odiseo y Penélope´, una versión minimalista de la historia clásica que los dos protagonistas contaron, leyeron e interpretaron. J. L. G.