La Semana de Cine de Valladolid (Seminci) rinde homenaje este año a Amos Gitai, el más importante y radical de los directores israelíes. Además de una amplia retrospectiva de su obra, inédita en nuestro país, y de una exposición de fotografías de sus películas tratadas digitalmente, el festival presentó ayer a concurso su último largometraje, Tierra prometida , interpretado por la actriz alemana Hanna Schygulla, habitual en el cine de Gitai, la francesa Anne Parillaud y la británica Rosamund Pike. En esta cinta retrata a los marginados de su país, que viven una existencia dramática en medio del conflicto entre judíos y palestinos.

No es un cine fácil el de Gitai, amante de la metáfora, la recreación de los mitos de su cultura, el hermetismo, la plasticidad y la reivindicación de la lengua hebrea. Pero nunca pierde de vista la realidad de su país. Tierra prometida narra los avatares de un grupo de mujeres procedentes de Europa Oriental que son víctimas de una red internacional de trata de blancas y acaban siendo vendidas al mejor postor en la frontera palestino-israelí.

De imágenes nocturnas, secas y ásperas, pero filmada a la vez con una cámara hipnótica, la película de Gitai es una muesca más en el cine que mezcla ficción y documental. Un cine realista y cruel que plantea con lucidez los conflictos del Próximo Oriente. También comprometido como cineasta, del serbio Emir Kusturica se presentó La vida es un milagro , otra vuelta de tuerca a un cine barroco, inflamado y zíngaro en el que conviven el desasosiego trágico, el tono lúdico, el espectáculo, la poesía y un marcado humor negro.