Si esta misma semana su marido amenizó, durante más de una hora, las mañanas de Ana Rosa Quintana, ella, la mujer de José María Aznar, Ana Botella, concejala de Empleo y Servicios a la Ciudadanía del Ayuntamiento de Madrid, asegura al menos 10 minutos de lectura ligera con el reportaje de cuatro páginas que le dedica la última edición de la revista Vogue en español.

Los que esperen encontrar la réplica a las palabras del martes del expresidente sobre que su señora puede optar a la presidencia del Gobierno se llevarán un chasco. Botella solo arregla algún que otro entuerto ("No he pertenecido al Opus Dei o a los Legionarios de Cristo; no lo habría ocultado porque son órdenes respetables"), además de decir que aspira a "estar en el equipo" de Ruiz-Gallardón en las municipales del 2007.

CAMBIO DE ROLES Y es que la política municipal es lo que más le sulibeya a la señora Aznar. "Te da la facultad de poder ayudar a personas con nombre, con apellido, con problemas concretos... Te tiene que gustar la gente, y a mí, me encanta", confiesa Botella, que entre las políticas sociales del Ayuntamiento de Madrid destaca "la teleasistencia y también la ayuda a domicilio".

Desde que ya no es primera dama, muchas cosas han cambiado en su vida. "¿Quién me iba a decir a mí --se pregunta--, hace a lo mejor seis años, que mi marido se iba a quedar en la cama y yo iba a salir corriendo?". No pueden, explica, ni hacer deporte juntos: "José ahora tiene un horario más cómodo que el mío, excepto cuando está fuera, porque viaja sin parar, porque se gana así la vida y hay que comer". Esto es lo único que hoy le puede reprochar Botella al hoy profesor de Georgetown con el que lleva 28 años casada. El resto son cumplidos: "Con cosas buenas y malas, España era mejor después de los ocho años que Aznar fue presidente que antes".

Pero el capítulo de "me encantan" de la concejala prosigue más allá de su marido, que luce nuevo look ("se lo he aconsejado porque me gusta). Entre las aficiones de la señora Aznar tienen cabida la moda ("es cultura, está unida a nuestra historia, es una industria que crea un montón de puestos de trabajo"); las navidades ("me encantan"), y la música ("desde la clásica, con María Callas a Maná, desde los Beatles a los boleros").

Botella no es la primera mujer con cargo político que aparece en las páginas de Vogue . En el verano del 2004, la aparición de las ocho ministras del primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero caldeó la actualidad política. El hoy portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, criticó a las ministras "por su afición a disfrazarse".