La obra de Ana Hernández del Amo forma parte ya del patrimonio del premio Eugenio Hermoso de Pintura, que se falló el pasado fin de semana en Fregenal de la Sierra. El jurado decidió la adquisición de cuatro cuadros (de Tomás Mendoza, Chus García-Fraile, Lola Berenguer y Ana Hernández, como artista extremeña menor de 35 años, una categoría específica de este premio).

Pero este membrete de artista extremeña no adquirió su sentido hasta hace poco más de dos años. Del Amo nació en Cáceres, pero apenas niña, sus padres se mudaron a Sevilla, donde pasó su infancia y juventud. Se formó en Barcelona y, como de vuelta al origen, la convocatoria de una plaza de enseñante en la Universidad de Extremadura la devolvió a la ciudad que nació. Aquí ha expuesto en la galería El Punto Rojo y en la muestra colectiva La luce venuta da Roma .

BECADA EN ROMA "En Cáceres he encontrado tiempo para trabajar", lejos de la onerosa Barcelona, que, sin embargo, marcó su trabajo, explica. "Frente a la idea de mímesis de la realidad que transmitía la enseñanza artística en Sevilla, en Barcelona encontré un acercamiento conceptual al arte". En el 2005 logró una beca para estudiar en la Academia de España en Roma, lugar que frecuentaron otros artistas extremeños como Timoteo Pérez Rubio y, más recientemente, Florentino Pérez o Hilario Bravo. "Allí, mi obra evolucionó, porque me dedicaba las 24 horas a ella, vivía con artistas y podía intercambiar opiniones, comentar sobre mi trabajo. Fue provechoso".

Ella, que en su orígenes hizo fotografía, dibujos, grabados e instalaciones, finalmente desembocó en la pintura. "Es lo que más me gusta, lo que me hace vibrar". Frente a esas amenazas apocalípticas que pronostican su fin, "sigue habiendo pintura. El espectador puede disponer de su tiempo para contemplar un cuadro, para reflexionar sobre él, algo que, por ejemplo, no te permite el vídeo, que te impone su propio ritmo".

Ana Hernández del Amo es una pintora "constante". "Cuando uno está trabajando en esto, que es una dedicación manual, requiere práctica y ahí es donde surgen, donde te fluyen las ideas".

Compara su tarea con la de los músicos y se ve en la dureza del tiempo que dedica a crear. "Por la soledad y la constancia. Una está ahí sabiendo toda las cosas que pasan fuera. Pero es gratificante crear".

¿Y qué le dice Eugenio Hermoso, un pintor regionalista, cuya obra es tan ajena al devenir del arte actual? "Me interesa la evolución que ha tenido en su obra. Quizá no tengo afinidad con él, pero el trabajo de pintar es el mismo".

La obra que presentó al premio la realizó entre enero y febrero pasados. "Me dio pena desprenderme de ella", afirma. Sobre un fondo plano de color el trozo de un brochazo marca el cuadro. "Es una geometría nada calculada, hecha a mano, irregular. Se ven los fallos, la tensión del pulso del artista en el momento de ejecutarla".