El escritor italiano Andrea Camilleri asegura que vive "en un país absurdo e irreal", pero a sus casi 85 años sigue dando muestras de una envidiable vitalidad literaria con La pista de arena , una aventura del comisario Montalbano que acaba de publicarse en español.

"La situación en Italia es cada vez más confusa y deprimente", asegura Camilleri al otro lado del teléfono desde Roma, en una conversación en la que se lamenta de que toda la actividad política de su país gire alrededor de los problemas con la justicia del primer ministro, Silvio Berlusconi. "Todas las leyes que se hacen en Italia tienen como objetivo evitar que Berlusconi se presente antes los jueces, y no se habla para nada del empleo, en un país en el que se están perdiendo millones de puestos de trabajo", argumenta el escritor siciliano.

Pero Camilleri, uno de los intelectuales más activos contra el Gobierno del primer ministro conservador, está lejos de caer en el desánimo y recurre a su "reserva interior" para seguir deleitando a sus numerosos lectores con historias como La pista de arena (Salamandra).

En esta novela, Montalbano deberá resolver la muerte de un caballo, que él mismo ha encontrado salvajemente sacrificado sobre la arena de la playa junto a su casa, a través de una investigación que le llevará al circuito de carreras clandestinas y en la que se topará con una peligrosa banda mafiosa.

Pero el entrañable comisario tendrá en esta historia más problemas con las mujeres que se van cruzando en su vida que con los criminales que quieren acabar con su existencia. Y es que, como explica Camilleri, "la situación personal de Montalbano prevalece en la novela sobre el contexto delictivo".

La pista de arena muestra a un Montalbano en plena madurez, pero el comisario no acepta demasiado bien el paso del tiempo. Algo habitual, por otro lado, en tantos otros hombres que ya han cumplido los cincuenta y que "tienen miedo de envejecer", explica su creador. Eso sí, Camilleri le permite mantener sus dotes de seductor, de las que hace gala en la novela.