Algunas estrellas de cine no guardan muy buenos recuerdos de sus trabajos. Es el caso de Anita Ekberg (foto), de 75 años, que pasó a la historia del celuloide por su papel en la película de Federico Fellini La dolce vita. La actriz sueca dijo el lunes que ha visto tantas veces el filme que "vomitaría" si tuviera que visionarlo de nuevo. La temperamental artista recuerda como una experiencia desagradable el rodaje de la famosa escena con Marcello Mastroiani en la Fontana de Trevi. "Allí estuve esperando con un vestido de noche en el agua helada, hacía un frío del carajo. Cuando acabó la grabación, no sentía las piernas y tuvieron que sacarme en brazos", explicó.

Ekberg tiene mejores recuerdos de sus experiencias con los paparazis: "Les disparaba flechas desde el jardín de mi casa, e, incluso, a uno le di en el culo", comentó. La actriz, que reside en Italia, ha regresado a Suecia para recoger un galardón de la academia de cine.