Nació en Don Benito allá por 1959, pero se crió en las montañas colombianas de donde procedía su padre, por eso tal vez Antonio María Flórez Rodríguez imprime el fuego latino en sus composiciones. Su biografía nos conduce a la profesión de médico cirujano y doctor en Fisiología, además de a una extensa vida cultural en la que encontramos a un poeta abierto a todo tipo de influencias, con obras como Poemillas de amor antiecológicos , 1993, El círculo cuadrado , 1987, La ciudad , 2001, Desplazados del paraíso , con el que obtuvo el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Bogotá 2003, El arte de escandalizar , 2004, Corazón de Piedra , 2011, y Bajo tus pies la ciudad , 2012. Cosmopolita y temperamental, su poesía no deja lugar a la indiferencia ni al sosiego de los sentimientos, porque, tal como reza en uno de los poemas de su último libro: "El amor es un fuego/ que me arde por todas partes".

--Define a Antonio María Flórez

--Un tipo soñador y confiado pero ya muy escéptico; entrañable con los míos y cercano con la gente; curioso hasta la obsesión con ciertos temas como la muerte, la violencia, el desamor o la vida de mis abuelos. Y temperamental, bastante. Y muy luchador, sin desmayo.

--¿Te sientes más cerca de la literatura hispanoamericana?

--Me siento muy cerca de ella y me considero parte de ella, sin desdeñar mi condición de extremeño y de ciudadano del mundo. Leo a autores de muchos países de otras lenguas porque creo que eso me enriquece bastante y me permite esa otra forma de viajar tan enriquecedora que se logra a través de la palabra escrita y la imaginación.

--¿Qué supuso en tu andar como escritor el ser finalista del Felipe Trigo de novela?

--¿La primera, la segunda o la tercera? En todo caso, un acicate para intentarlo de nuevo, para procurar escribir mejor y para entender que no a todo el mundo le gusta o entiende lo que escribes.

--Autores latinoamericanos imprescindibles para tus letras

--¡Tantos...! Gabo, Mutis, Paz, Neruda, Borges, Cortázar, Manoel de Barros, Rubem Fonseca...

--¿El paraíso es una hermosa ilusión en la mente de Dios, tal como dices en uno de tus poemas?

--Ese es un verso de un poema juvenil mío muy intuitivo que aún me asombra por su contundencia y todo lo que sugiere. Lo escribí en homenaje a X-504, un poeta nadaísta colombiano que hizo un Apólogo del paraíso que me impactó sobremanera y me puso a parir ocurrencias sentenciosas y a dudar de todas las convicciones que me impusieron desde la Iglesia. Sí, sigo pensando eso, el paraíso es una hermosa ilusión en la mente de Dios y en el corazón de los hombres.

--Afirmas que haces poesía porque a veces navegas alucinado entre el sueño y la realidad, pero ¿la creación literaria no es una forma desesperada de buscar la inmortalidad?

--No aspiro a tanto. No me desespera la inmortalidad. Eso sí, tal vez dejar alguna huella que sirva a otros para seguir el camino. Mi poesía es alucinación, testimonio de esos ensueños contaminados de realidad que son la sustancia de mi existir.

--¿Has conseguido poner en contacto los distintos mundos que habitas a través de tus poemas?

--Por supuesto. Algunos de ellos son el reflejo de esa conexión.

--¿El escritor debe estar al margen de la política o la escritura puede ser un arma de compromiso político?

--Comparto la idea del recientemente fallecido Seamus Heaney de que su trabajo "es un pulso entre lo lírico y lo cívico". Mi obra poética, desde sus inicios, tienen un serio compromiso con la humanidad desde lo cívico, estoy muy sensibilizado con algunos de los más graves problemas del Hombre como la violencia y el desplazamiento forzado, sin dogmatismo ni militancia seudopolítica, hasta el punto de formar buena parte del sustrato de mi obra poética más emblemática como Desplazados del paraíso y En las fronteras del miedo.

--¿La situación política marca la marcha del panorama literario?

--No debiera. Pero la literatura tampoco hubiera de ser ajena a la realidad sociopolítica.

--¿Internet es una ventana a la edición o la guillotina de la creación?

--Ni lo uno ni lo otro. Eso sí, ayuda en la difusión de la obra literaria.

--Un viaje inolvidable

--Muchos, pero ahora vale traer a colación el que he hecho este verano con mi hijo por el Efeso y el Adriático. Ver su cara de asombro y arrobamiento en Dubrovnik, Venecia o Atenas no tiene precio.

--Un secreto inconfesado

--Si lo confesase ya no sería secreto y seguro que traería cola como El último beso.

--Un reto como escritor

--Escribir cada vez mejor.

--Una reflexión ante la vida

--Somos, a pesar de nosotros. El cuerpo es límite y el sueño emblema.

--Una canción que recuerdas con cariño

--Voy por tu cuerpo , de Luis Pastor.

--Un rincón donde sentir la paz

--En Marquetalia, el pueblo de mi padre, en los andes colombianos. Había un lugar en la finca cafetera familiar adonde me trepaba a oír, cubierto por la sombra de los guaduales, el arrullo de un arroyo de donde sacaban antaño piedrecillas de oro los malchitas, aquellos indígenas pobladores ancestrales del lugar.

--Un libro de cabecera

--El amor en los tiempos del cólera de García Márquez.

--¿Cómo te gustaría que te recordaran?

--Como el ser luchador que soy, como el amigo leal que soy de mis amigos. Y de pronto por alguno de mis libros.

--Un lugar donde reposar para siempre

--En la montaña o el mar. No muy lejos de mis seres queridos.