En medio de un intenso debate acerca de la inmigración y el pasado colonial francés, la polémica llega al Festival de Cannes con Indigenes , del director galo Rachid Bouchareb. Una cinta de género bélico, impecable en las formas y emocionante en el propósito: rescatar del olvido a los miles de soldados norteafricanos, musulmanes y negros que jamás llegaron a pisar la metrópoli y, en cambio, lucharon para liberar a Francia del nazismo en la segunda guerra mundial. Un aspecto de la historia francesa que hasta el momento permanecía silenciado. Durante 60 años.

La cinta sigue los pasos de cuatro de 130.000 jóvenes soldados de los que nadie hasta este momento había oído hablar. Como recuerda uno de los protagonistas de la película, Samy Nacéry, "los libros de historia nunca hablan de eso. Era tabú".

Recibida entre largos y emotivos aplausos en el primer pase para la prensa, la película, que se ha convertido en una firme competidora por la Palma de Oro, responde, según su director, a la necesidad de "abrir un capítulo en la historia de Francia y enriquecerla".

Haciendo gala del evidente trasfondo político y didáctico de la historia, sus cinco protagonistas, Bernard Blancan, Jamel Debbouze, Samy Nacéri, Roschdy Zem y Sami Bouajila, todos ellos franceses de origen magrebí, aceptan con gusto el papel de "representantes de una memoria". Como recordó Nacéri, que en el filme interpreta a Yassir, entre la población francesa de origen norteafricano que hoy vive en la marginalidad y protagoniza sonoras revueltas en los suburbios "los niños no saben que sus padres lucharon por Francia".