El arquitecto Antonio Fernández Alba ingresó ayer en la Real Academia Española con un discurso titulado Palabras sobre la ciudad que nace , una reflexión en torno a las grandes urbes modernas. El nuevo académico fue contestado por el filósofo Emilio Lledó, que junto a Claudio Guillén y Luis Mateo Díez presentó la candidatura de Fernández Alba para cubrir la vacante de Angel Martín Municio en el sillón de la o minúscula.

Fernández Alba (Salamanca, 1927), premio Nacional de Arquitectura y de Restauración, académico de Bellas Artes, está considerado uno de los grandes intelectuales de la segunda mitad del siglo XX. Durante su etapa universitaria fue miembro del grupo El Paso (1956-1960) junto con Martín Chirino, Saura, Rivera, Millares y Viola, entre otros. Ha sido profesor de la Escuela de Arquitectura durante 40 años.

Sus primeros trabajos se relacionaron con la corriente de arquitectos como Frank Lloyd Wright y Alvar Aalto, y con la indagación sobre el significado del espacio arquitectónico en las sociedades modernas. Al analizar la actual metrópoli, Fernández Alba confesó una cierta melancolía en relación con lo que hubiera podido ser la urbe moderna. De su obra destacan los colegios de Nuestra Señora Santa María y de Monfort, en Madrid; el monasterio del Rollo de Salamanca; el convento de las Carmelitas Descalzas, en Salamanca y el tanatorio de la M-30, también en Madrid.

El acto, solemne como siempre que hay un ingreso en la RAE, estuvo presidido por el director de la RAE y contó con la presencia de arquitectos como Rafael Moneo o Dionisio Hernández Gil.