«Como en la Galia, en Italia hay muchos pueblos: vénetos, etruscos, umbros, oscos, mesapios, apulios... y Julio César tiene muchas dificultades para controlarlos». Astérix intenta explicarle a un desconcertado Obélix que en Italia no solo hay romanos. Astérix en Italia, nuevo álbum de la serie creada en 1959 por Albert Uderzo y el desaparecido René Goscinny, tiene como telón de fondo un país dividido. Julio César sueña con una Italia unificada, pero la península la forman múltiples regiones que tratan de mantener su independencia. ¿Aroma actual? Puede. Pero las veleidades soberanistas no centran la aventura.

El tándem formado por Jean-Yves Ferri (guionista) y Didier Conrad (dibujante) llevan al héroe a una carrera por etapas a través de las vías romanas, abierta a todos los pueblos y en la que Julio César impone como condición la victoria del carruaje romano.

Además de un guiño al país natal de Uderzo y a su afición por los coches, el guion permite recorrer los pueblos de la península Itálica, según contaron los autores el lunes en París. Desvelaron la portada y un par de viñetas calentando la salida del álbum, el día 19 de octubre, en 25 países y con una tirada de cinco millones de ejemplares. En España lo publicará Salvat.

«Era tentador mostrar una Roma rodeada de provincias hostiles, un poco como el mapa galo», admite el guionista. «¿Para cuándo un Astérix en Catalunya?». «Sería un tema tranquilo. Pasar las vacaciones en Cataluña durante las manifestaciones... Hay irreductibles allí, ¿eh?», bromeó Ferri antes de ponerse más serio. «Ahora no es especialmente divertido, porque nos preguntamos en qué medida la gente está manipulada. No hay ningún hecho objetivo para juzgar la situación. Desde el momento en que no ha habido un voto real, uno puede cuestionarse eso. No conozco bien la historia de la autonomía catalana. No conocemos bien el contexto. Tendría que documentarme para enviar a Astérix allí».

Ferri es pirenaico y sueña con una aventura en el Pirineo central. Conrad mencionó que cuando Goscinny y Uderzo estaban al frente de las historietas, en sus cómics planeaba el recuerdo de la ocupación alemana de Francia. Luego fue el imperialismo norteamericano y ahora es Europa, la globalización. «Los romanos representan eso. Todo lo que es símbolo de opresión».

Esta vez el malo lo encarna un auriga enmascarado de nombre Coronavirus. «Los malos, más que malos, son tontos. Astérix es un excelente retratista de la tontería», subrayó Ferri. Y entre las novedades, el papel más importante de Obélix. «Obélix es menos simple de lo que parece. Es el personaje más infantil de la serie y por lo tanto más susceptible de evolucionar», explicó Conrad.