Son cuñados. En el buen sentido de la palabra y también en el malo. Son unos descerebrados que van de listos y tienen un objetivo común (y de tufo machista): impedir que sus hijas, sus princesas, se emparejen con hombres que no están a su altura: un antisistema, un ni-ni y un maduro fotógrafo argentino. Esta es la premisa de Es por tu bien, simpatiquísima comedia hecha para comerse la taquilla y dirigida por Carlos Therón, que ha logrado dar a la película muchísimo más lustre que a su anterior filme (Fuga de cerebros 2), algo a lo que han contribuido la mili de sus protagonistas y un guion que incluye tópicos, pero que cumple a la perfección su objetivo: hacer reír.

José Coronado, Roberto Álamo y Javier Cámara unen fuerzas y se zambullen en unos personajes por los que no les darán un Goya, aunque hayan puesto tanto esfuerzo (o más) que en otros papeles premiados. Los tres -al contrario que en la película- se llevan muy bien con sus cuñados. «En mi caso, son amigos», confiesa Álamo, mientas Cámara rememora infinitas «y agradables» comidas dominicales en la casa familiar. Segundo: ninguno de los tres tiene nada que ver con sus personajes. Cámara no tiene hijos. Álamo, uno, pero de 5 años. Así que Coronado, padre de dos hijos (chico y chica), es el que mejor puede hablar sobre la presunta mayor protección que un padre le da a una hija frente a un hijo.

«Me propuse darle la misma libertad a los dos. Y comprender que llega un momento en el que se abren a la vida. Cuando mi hija me cuenta cosas, yo le digo que olé y también le hablo de mis experiencias. Soy cada vez más feminista. Tengo una edad y me he dado cuenta de lo terrible que es el machismo», asegura José Coronado aplaudido por sus dos compañeros de reparto en el filme.

«El planteamiento de un padre que cree que su niña no se puede manejar sola en la vida es machista y absurdo. Los tres protagonistas son unos descerebrados. Esperamos que hagan gracia. Habrá espectadores que digan que qué barbaridad. Y otros que aplaudan a los padres. La película es muy disparatada y va a provocar debate y controversia. Si fuera chica, me sentiría muy mal con ese proteccionismo paterno», añade Cámara. «Hay que luchar por la igualdad en todos los sentidos», concluye Álamo.

Es por tu bien es una comedia donde todo es exagerado y alocado. Incluidos los gestos de los personajes, algo en lo que Cámara ha puesto empeño. «Los actores de los años 60 hacían comedias sin parar de mover el cuerpo, los brazos. Pero ahora nadie mueve ni una mano. Eso no puede ser. Tenemos tradición de gesticular», defiende.

Los tres son conscientes de que el objetivo de la película es llevar a la gente -en masa- al cine. A toda la familia. A todos los públicos. «Hacer un humor para un espectro tan grande es más complicado», subraya Coronado. «Nos hemos acostumbrados a separar al público. Todo lo que viene de Netflix y otras plataformas tiene un objetivo claro: series para nerds, para chicas, para negros, para gais... Con el humor sucede algo curioso, si una película pretende llevar mucho público a la sala, no es que el humor tenga que estar más rebajado, sino que tiene que ser más abierto. Pero hay público que prefiere historias con chistes más elitistas para que solo lo pillen ellos y pocos más. Es una autoindulgencia absurda», añade Cámara. «Se habla de trazo grueso o fino, pero ambos géneros tienen que convivir, igual que las películas de acción y las románticas. El trazo grueso -añade Álamo- no está mal a no ser que sea amoral. Pero se suele decir en tono peyorativo y creo que es injusto».

El valor de la promoción

Tienen claro que lo que lleva a la gente al cine es el márketing y se dejan la piel en la promoción. «Y el que no lo entienda así se equivoca. Aparte de ser actor tienes que ser vendedor. Mediaset [productora de Es por tu bien] lo hace genial. Es una maquinaria poderosa», dice Coronado. «La promoción -añade Álamo- es parte de nuestro trabajo, el problema es que yo me desenvuelvo mucho mejor actuando que en las entrevistas». «Lo mismo nos pasa a todos. Yo voy feliz a rodar, pero aquí… Es que te pueden atacar por 20 sitios. Y muchos te hacen la pregunta chistosa a ver si metes la pata. No somos oradores, somos cómicos», dice Coronado.