Decenas de atenienses, varios de ellos con lágrimas en los ojos, vieron ayer cómo piezas artísticas que llevaban 2.500 años inmóviles comenzaban a moverse. El traslado de cientos de estatuas y pequeños objetos de la Acrópolis iba a ser corto, a solo 300 metros de la célebre colina griega, donde se encuentra su nuevo museo, e iba a ser para bien, pues el recinto donde estaban expuestas se había quedado pequeño, pero, aun así, hubo emoción entre los presentes. No todos los días se muda un símbolo de la civilización occidental. "Estoy temblando --dijo Pelagia Boulamatsi, jubilada, de 71 años--. Esto representa la fundación de nuestro mundo".

Esto --es decir, las más de 300 estatuas, frisos y bloques esculpidos que cambian de domicilio--, también supone una de las mudanzas arqueológicas más importantes y complejas de la que se tiene noticia, según los ingenieros que trabajan en ella. De ahí que ayer, con leve lluvia y fuerte viento, se dieran cita en ese monte que recibe dos millones de visitantes al año todo tipo de personalidades, quienes vieron cómo tres grúas gigantes se turnaban para trasladar una parte del friso norte del Partenón, de 2,3 toneladas de peso.

Si las condiciones meteorológicas lo permiten, la operación, que costará 1,6 millones de euros, tardará seis semanas. La cifra del seguro provoca vértigo: 400 millones de euros.

EL ETERNO RECLAMO "Este es el traslado del siglo. Por primera vez estas antiguas piezas arqueológicas se exhibirán en la forma que se merecen", valoró el ministro de Cultura griego, Michael Liapis. La mención al nuevo hogar en el que descansarán las estatuas no fue fortuita. El Gobierno heleno lleva décadas reclamando al Reino Unido que devuelva los frisos de mármol de la Acrópolis, que se hallan en el Museo Británico, en Londres, desde hace dos siglos.

Hasta ahora, todas las peticiones han quedado en saco roto, pero ayer las autoridades griegas se mostraban optimistas respecto al retorno de las piezas, que datan del siglo V antes de Cristo. "Grecia envía un mensaje al Museo Británico --dijo el ingeniero jefe del proyecto de traslado, Costas Tzambas--. Las reliquias de la Acrópolis deben de ser exhibidas en el Nuevo Museo".

FINALES DEL 2008 Con unos 23 metros de altura y una superficie total que asciende a 25.000 metros cuadrados, el reluciente edificio, construido por el arquitecto suizo Bernard Tschumi, abrirá sus puertas a finales del próximo año. En un lugar privilegiado de dicho emplazamiento, en el último de sus tres pisos, hay una sala que, en principio, quedará vacía el día de la inauguración. Está especialmente reservada para el friso oriental del Partenón, que continúa en Londres.