Esta película no tiene más motivo para existir que ser graciosa, y generalmente lo es tanto como una picadura de medusa. Durante buena parte de su metraje, de hecho, ni siquiera intenta serlo. Se contenta con funcionar como una película de acción convencional, y quizá lo lograría de no ser porque sus persecuciones y demás coreografías están rodadas con los pies.

Más concretamente, pese a que por un lado Baywatch se mofa de la premisa argumental que vehiculaba la mayoría de los episodios de la serie -en virtud de la que unos simples socorristas desarticulaban sistemáticamente bandas de delincuentes y redes de narcotráfico-, por otro la usa como su propio esqueleto fingiendo ignorar lo tonta que es, como quien se queja de lo mala que está la paella pero no deja un grano de arroz en el plato.

Cuando sí trata de hacer humor, Seth Gordon descarta cualquier intento real de sátira o parodia y se contenta bien con regurgitar las alusiones más obvias -por ejemplo, el hábito de la serie de mostrar a mujeres turgentes correteando a cámara lenta por la playa- bien con recurrir a chistes de partes íntimas, funciones fisiológicas o fluidos corporales. Al respecto de esto último, la homofobia que las frecuentes alusiones a los genitales masculinos revelan que Baywatch es casi tan sexista como su modelo.

A lo largo de su carrera, Dwayne Johnson y Zac Efron han logrado trascender los prejuicios de la audiencia acerca de sus limitaciones interpretativas, y por eso es una pena que Gordon no sea capaz de explotar su vis cómica ni de darles a sus personajes más definición que la de sus abdominales -a pesar de los intentos increíblemente despistados de conmovernos con el tormento interior del de Efron-. Al final, Baywatch no tiene mucho más que ofrecer que aquello sobre lo que ya se fundamentaba Los vigilantes de la playa: gente atractiva que va de un lado a otro marcando bultos. Hay mucha burla que hacer a costa de aquella teleserie, pero una película tan escasa de gracia, creatividad e ideas como esta no es quién para hacerlo. nando salvà