Eduardo Mendoza es autor de grandes novelas serias. Un señor de tan delicada amabilidad como la suya, apasionado lector de Shakespeare y de los clásicos griegos, no desentona en absoluto con una novela como ´La ciudad de los prodigios´ y su voluntad de dibujar una época. Pero ese retrato es incompleto. Mendoza es también un autor muy gamberro. Alguien que se atreve a abordar el chiste más escatológico en su variante más ingenua. ¿Quién es el verdadero Mendoza? Pues ambos lo son. Una vez Javier Cercas le definió como alguien que "hace pensar, emociona y hace reír".