La memoria es una idealización de la realidad", explicó Antonio Banderas a este diario horas antes de presentar a sus paisanos El camino de los ingleses , su segunda película en la que abunda realidad, sueños, memoria e inocencia perdida y cuyo personaje central interpreta el actor extremeño Alberto Amarilla, nacido en Cáceres hace 26 años.

Como en 1999, con su debut en la dirección con Locos en Alabama , ayer Málaga se rindió ante su hijo preferido y éste, generoso, le devolvió lo mejor de lo que ha aprendido desde que dejó la ciudad hace 27 años. El filme se estrena el 1 de diciembre.

A los 46 años, Banderas parece afianzarse en el camino de la realización, pero como él dice, "antes tengo que comprar mi libertad". Esto significa protagonizar filmes bien remunerados en Hollywood que le permitan hacer caja para después contar las historias que le gustan. "El peor enemigo de mis películas soy yo mismo", dice, como si, con más o menos convicción, el actor tuviera que contrarrestar la "imagen fija" de chico guapo y triunfado, con trabajos como director que muestran su creatividad.

ADOLESCENTES Ayer, rodeado de los jóvenes protagonistas y del escritor Antonio Soler, autor de la novela en la que se basa la película y que obtuvo el premio Nadal en el 2004, el que fuera icono de Almodóvar reconoció estar "plenamente satisfecho".

Durante el rodaje, Banderas dejó de lado los temores a la crítica, la taquilla y las opiniones de amigos. Lograda la libertad que da la independencia económica, solo le interesó contar "lo que tenía dentro", la historia del último verano de unos adolescentes que pronto se harán mayores y de los acontecimientos que vivirán y les hará tomar conciencia de que la vida no tiene vuelta atrás.

"Complejo, difícil de digerir y dura", son algunos calificativos que el propio Banderas pone a su segundo largometraje, quizá en previsión de que la tachen de irregular. Eso sí, "a nadie se le pide una lágrima", a diferencia, dice, de Locos en Alabama .

SUSPENSE Banderas ha buscado la perfección como director. Una atmósfera más propia del cine europeo que del norteamericano, un uso del tiempo cercano al suspense, la presencia constante de la enfermedad y de la muerte y unos personajes sin apenas referencias familiares o políticas --la España franquista de los 70--, son "un poema impresionista de sugerencias y sensaciones". "El mundo era oscuro, la vida incierta y descubrimos el mundo femenino". "Yo lo viví así, y ahora he querido fotografiar los recuerdos", afirmó.

Para los jóvenes actores, estar bendecidos por Banderas ha sido algo increíble. El extremeño Alberto Amarilla (Miguelito en el filme, personaje central), María Ruiz, Raúl Arévalo, Paco Frontón, Marta Nieto y Mario Casas, la pandilla de adolescentes que dan sentido a la historia, provienen en su mayoría de series de televisión. En nombre de todos, Amarilla agradeció a los actores de la generación de Banderas abrirles el camino para "cumplir nuestro sueño".