Cuando al poeta y traductor Angel Crespo (Ciudad Real, 1926 - Barcelona, 1995) se le preguntaba por qué escogió Barcelona como destino tras su paso por las universidades de medio mundo, él recordaba los versos de Rubén Darío, Tierra solar. Por la luz . En esta ciudad, donde enseñó en sus tres universidades, la Central, la Autónoma y la Pompeu i Fabra, estaban también Bruguera, Seix Barral y Plaza, sus editoriales.

Ahora, la poesía de Crespo vuelve a resonar en Barcelona. Con el tiempo, contra el tiempo , la exposición que acoge el Centro Cultural Fundación Círculo de Lectores, echó a andar en Madrid hace tres años, cuando se cumplieron diez de su muerte.

Pilar Gómez Bedate, catedrática de Literatura Española en la Universidad Pompeu Fabra, repasó el lunes los jalones biográficos de Crespo empezando por su adscripción al postismo, pasando su oposición no marxista a la dictadura y el exilio autoimpuesto de los años 60 como profesor en Puerto Rico, Upsala, Leiden, Venecia y Seattle, que culminó en Barcelona. La muestra subraya la vinculación del poeta con la ciudad en dos poemas: uno dedicado a J. V. Foix y otro, Anteo errante , premonición de su destino barcelonés.

Crespo fue un voluntarioso políglota que cultivó el francés, el portugués, el inglés, el sueco y el retorrománico. Su amor al catalán nace en su infancia de Ciudad Real: "Estaba fascinado con un tendero catalán que cada día a la hora de cerrar le decía al dependiente: A fer punyetes, que es la una".

Por otra parte, dos reediciones recuperarán el próximo otoño una de las facetas más conocidas de Angel Crespo, su dedicación a Fernando Pessoa. Seix Barral publicará El libro del desasosiego , en el que Crespo no actuó solo como traductor, sino también como editor, y Bruguera pondrá de nuevo en el mercado Lisboa , evocación literaria de la capital con la figura de Pessoa como eje central.