Siete meses después de aparecer Nada que temer en las librerías británicas en marzo de 2008 fallecía, de un tumor cerebral, la agente literaria Pat Kavanagh, esposa del autor de este libro, Julian Barnes. Y su desaparación ilumina de forma dramática un libro que se plantea como una reflexión a muchos niveles sobre el tema. El Julian Barnes que escribe este libro --entre el 2005 y el 2007-- se autorretrata en una necrológica ficticia que quiso ser humorística pero que se ahora se lee con dolor: "Ayer murió un londinense de más de 62 años. Durante la mayor parte de su vida gozó de buena salud y no había pasado una sola noche en un hospital hasta la enfermedad definitiva... Escribió libros y después murió. Era feliz en compañía de sí mismo siempre que supiera cuándo terminaría esta soledad. Amaba a su esposa y temía a la muerte". Es una de las pocas alusiones conyugales que pueden rastrearse en el libro. El temor a la muerte es una de las constantes en la obra de uno de los miembros más destacados del dream team británico junto a Martin Amis y Ian McEwan.