NACIO EN MADRID, 1963.

ESTUDIOS DERECHO.

TRAYECTORIA LICENCIADA EN DERECHO, PUBLICO EN 1993 LA NOVELA ´LA ESCALA DE LOS MAPAS´, A LA QUE SIGUIERON ´TOCARNOS LA CARA´, ´LA CONQUISTA DEL AIRE´, ´LO REAL´ Y ´EL LADO FRIO DE LA ALMOHADA´.

Las novelas de Belén Gopegui plantean cuestiones relacionadas con la sociedad actual y sus individuos: el valor del dinero, de la bondad, de la justicia, de los sueños... Desde su primera obra, La escala de los mapas , hasta la última El lado frío de la almohada ha construido un universo propio, riguroso, ajeno a cualquier vaivén del éxito. Y también ajeno a la polémica salvo su narración más reciente, una historia de amor, política y espionaje con el trasfondo de la revolución cubana. El respaldo de la escritora al régimen de Fidel Castro desató hace unos meses un debate sobre la consideración del castrismo. Gopegui hablaba del silencio de los intelectuales de izquierda al no apoyar a Cuba. El pasado lunes intervino en el Aula de Literatura José María Valverde. Antes conversó con este diario de sus comienzos literarios, sus dudas sobre la idea de novela y de esa polémica cubana.

--Ha dicho que no le fue difícil publicar su primera novela. ¿Le fue difícil escribirla?

--La mandé a tres editoriales, una no me contestó, y las otras dos sí. Finalmente se publicó en Anagrama. Yo había escrito mucho antes pero no acaba de estar satisfecha y no tenía la idea de publicar. Estudié Derecho, pero empecé a trabajar escribiendo reseñas literarias. En un momento dado pensé escribir una novela, con la idea de publicarla, y así surgió La escala de los mapas . Yo creo que cuando me pongo a escribir lo hago con esa voluntad de publicar. Entonces me hice un esquema de lo que quería y la manera de hacerlo.

--Carmen Martín Gaite le apoyó entonces.

--La había conocido en un bar de copas, pero no le dije que escribía. Posteriormente le enseñé la novela y me dio algunos consejos, que yo seguí. Y, claro, el hecho de que la conociera supongo que influiría para que se publicara en Anagrama.

--Esa novela empieza así: "Si un hombre pequeño nos besa la mano y acto seguido empieza a describirnos una manivela, ¿qué hacer?". ¿Resume esa frase su posición literaria de partida y posterior?

--Creo que sólo resume esa novela. Claro, era la primera y le di mucha importancia a esa frase, que muestra cierta perplejidad ante el mundo. Pero no creo que tenga nada que ver con lo que he hecho después.

--¿Qué le hace escribir, que le lleva de una novela a otra?

--Hasta La conquista del aire , yo me he ido haciendo preguntas, creyendo que las novelas eran la mejor manera de responderlas o de averiguar las respuestas. Pero luego he empezado a tener dudas sobre el género y cuando he terminado cada obra me he preguntado si iba a ser capaz de escribir la siguiente. Pero luego las he escribo. Creo que el género tiene limitaciones y connotaciones que entran en contradicción con las cosas que quiero decir. Y en esa coyuntura estoy, pensando en escribir algo en contra de determinada idea de la novela, que es un género burgués, hecho para contar conflictos individuales. Pero si uno quiere salir de esa actitud, parece que la propia novela no te deja.

--Hubo escritores en la ex Unión Soviética que durante los años 20 y 30 intentaron una novela colectiva.

--Formaban parte de una corriente, tenían unas referencias que no existen actualmente. La novela lleva en sí misma un ensayo sobre el género, pero dentro de unas convenciones. Por ejemplo, ahora se mezcla realidad y ficción; pero con esto no se rompen esas convenciones, porque persiste la idea de personaje individual.

--Sorprendió la repercusión de sus palabras de apoyo a Cuba a raíz de la publicación de El lado frío de la almohada y su crítica a los intelectuales de izquierda por no defender la revolución castrista.

--Fue un malentendido porque de mi trayectoria literaria y política no se esperaba que yo tuviera un discurso sobre Cuba; pero este se publicó en una tribuna de referencia el suplemento de cultura Babelia , del diario El País . Y no es fácil que posiciones como estas lleguen a esos medios. No creo que vuelvan a concederme el mismo espacio en un gran periódico nacional, porque el sistema se autorregula y no da voz a alguien que no les interesa.

¿De veras cree que no volverá a tener ese espacio?--Sí. Pero si no hubiera hablado como hablé, me lo dedicarían cuando saliera otra novela mía.--¿Cómo le afectó ese debate?--Fue muy interesante. Me permitió acceder a grupos y asociaciones que no conocía, a gentes a las que mis palabras sirvieron para que sentirse menos aisladas porque sus ideas no se reflejan habitualmente. Y me di cuenta de que tenía que estar más alerta porque cada una de tus palabras es medida, analizada.

--¿Cómo le afectó ese debate?

--Desde sus convicciones políticas, sociales, cómo logra el equilibrio entre lo que piensa y lo que escribe para no caer en el proselitismo, en el panfleto