El joven director ruso Dmitry A. Bertman será el encargado de montar y dirigir la ópera La clemenza di Tito , según él mismo "una de las obras compuesta por Mozart más difíciles de representar". Dmitry, que criticó el hecho de que se considere la ópera como un género elitista, afirmó que con su espectáculo pretende acercarse al público popular y a la "gente normal que tenga ideas frescas". El director, que califica la ópera como "un arte abierto y democrático", mostró así su gran interés por destruir la idea generalizada que asocia la ópera con el público de clase alta y su deseo de poder llegar al espectador juvenil.

La escenografía --la penúltima obra de esta cincuenta edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida-- contará en esta ocasión con un aspecto innovador, ya que en el escenario se ha instalado una gran piscina en la que se reflejarán las ruinas del teatro romano. Además, Dmitry, entre bromas, afirmó que la idea de utilizar este recurso surgió por el miedo a las elevadas temperaturas que caracterizan por estas fechas a Mérida y porque el agua representa la purificación.

Otra novedad es que los cantantes que protagonizan la obra además de cantar también actuarán y representarán para que el espectáculo resulte más entretenido. Además, dos personajes masculinos, Sexto y Annio, que serán interpretados por dos mujeres, se desdoblarán para escenificar la acción mientras cantan.

Jorge Márquez, el director del Festival, dijo que "con Bertman la ópera recupera el espíritu de la lírica fusionada con la dramatización de la escenografía". También admiró su capacidad para "desnudar el canto".