Giorgio Armani se rodeó de lujo, champán y celebridades para presentar su última colección de modelos y promocionar sus nuevas inversiones en Londres. El diseñador italiano organizó el jueves por la noche un desfile, seguido de una fiesta, con una lista de 1.500 invitados, encabezada por el actor Leonardo DiCaprio. El evento, en Earl´s Court Brompton Hall, estuvo amenizado con las actuaciones de Beyoncé, Razorlight, Andrea Bocceli, Bryan Ferry y 50 Cent.

DiCaprio y la modelo Elle MacPherson tomaron la palabra para hablar de Red, la marca cuyos fondos están destinados a la luchar contra el sida en Africa. La idea fue de Bono, el cantante de U2, que también estuvo presente en la fiesta benéfica.

CARIDAD Y DIVERSION

Armani ha creado especialmente para Red unos pantalones cortos y una camiseta que se venderán a 50 euros. Pero la caridad no estuvo reñida con la diversión. Las cantantes Alicia Keys y Natalie Imbruglia se codearon con lo más chic de la realeza local y con futbolistas como Freddie Ljüngberg, del Arsenal y Andriy Shevchenko, del Chelsea.

Los actores Sean Penn y Penélope Cruz, que no pudieron asistir personalmente a la fiesta, participaron a través de una conexión de vídeo. Lo que no pudo Pe fue degustar los exquisitos canapés, preparados por Giorgio Locatelli, el más solicitado de los chefs italianos en Londres. Higos, jamón de Parma y lonchas de pollo al vapor fueron servidos a los invitados, acompañados por ríos de champán.

Un millón y medio de euros se calcula que costó la velada, suma que forma parte de del presupuesto de 32 millones de euros que acaba de invertir Giorgio Armani en las tres nuevas tiendas de lujo que ha abierto en la capital británica.

El diseñador italiano ha sido el gran protagonista de la semana de la moda en la ciudad de Londres, lugar que eligió, en lugar de Milán, para presentar su show, Emporio Armani Collection, con las nuevas prendas diseñadas para la temporada primavera-verano del 2007. Algunos de los críticos que presenciaron el desfile calificaron sus últimos diseños de "monótonos", mientras otros reconocían que con tantas celebridades alrededor era difícil concentrarse en lo que ocurría sobre la pasarela.