Cuando parecía que apenas nada podía añadirse sobre la breve pero intensa vida de Miguel Hernández aparece -- lo hará el próximo miércoles-- Oficio de poeta Miguel Hernández (Aguilar), una biografía que es todo menos complaciente y que tras los completos trabajos de Agustín Sánchez Vidal y José Luis Ferris, traza un retrato irónico y poco piadoso del poeta-cabrero, asumiendo--ya desde la faja que acompaña al libro-- el carácter polémico de su propuesta. Hernández aparece como un personaje taimado y calculador a quien no le importa utilizar a sus amigos --entre ellos a Ramón Sijé-- para escapar del opresivo ambiente provinciano de su Orihuela natal y hacerse un nombre en la capital.

El autor de la biografía, el catedrático emérito de la universidad francesa de Aix-en-Provence Eutimio Martín, lleva casi dos décadas de investigación y el resultado, dice, llena una laguna en la bibliografía hernandiana, la de la biografía a la francesa, más interpretativa: "El resorte de esta biografía es la voluntad de Hernández de convertir la poesía en su oficio y en su medio de vida". Pero aunque el autor insiste en que las luces del personaje son "cegadoras" respecto a las sombras, es verdad que ha puesto mucha dedicación en su afán desmitificador del escritor.

PUBLICISTA DE SI MISMO No es la primera vez que un biógrafo de Hernández desmonta el célebre mito del poeta-cabrero, imagen que él mismo cultivó para darse a conocer en Madrid. El matiz es que el padre del poeta era el propietario del rebaño de cabras que él se vio obligado a pastorear cuando por exigencia paterna tuvo que abandonar la escuela. "El tiene ya un concepto moderno de la publicidad personal y lo utiliza en las tertulias literarias madrileñas. No es de extrañar que García Lorca se irrite con la presencia de Hernández cuando éste, vestido de paleto, le robe el protagonismo", afirma Martín. Así, al autor de Perito en lunas acaba molestándole la etiqueta que él mismo ha alimentado cuando ya no la necesita.

GIRO COPERNICANO 1935 es un año bisagra en la biografía hernandiana. Con anterioridad, la obra del poeta ha estado profundamente influida por el catolicismo. "Yo no puedo dar una respuesta neta de la dimensión fascistoide de ese primer Miguel Hernández, por influencia de Ramón Sijé (que sí cultivó las ideas fascistas). Es difícil establecer si el breve tiempo que se dejó contagiar por esa ideología fue por oportunismo".

Lo que sí es cierto es que en su segundo viaje a Madrid, el poeta en contacto con Neruda, y con el poeta argentino Raúl González Tuñón acabará acercándose al comunismo en el que acabará militando.

´EL RAYO QUE NO CESA´ "Creo que hay que dejar de hablar de la miseria económica de Hernández y empezar a hacerlo de la miseria afectiva", sostiene Martín y para demostrarlo establece un inventario de posibles relaciones sentimentales: María Zambrano, Delia del Carril, Carmen Pastrana y la probada relación con Maruja Mallo.

LA ESPOSA "El empeño por incluir a la pareja Miguel Hernández-Josefina Manresa en la lista de amantes célebres emana de una muy comprensible y laudable actitud conmiserativa hacia quienes tanto sufrieron, pero carece de fundamento biográfico", escribe Martín. "En las cartas que Miguel le escribió en la cárcel a Josefina no cesa de pedirle su presencia confortadora porque solo le va a ver a Orihuela y Alicante. Por otro lado, en las cartas que ella le escribe no deja de preocuparle con sus problemas, hasta el punto de que él tiene que recordarle que el que está en la cárcel es él".