El catedrático de Historia Contemporánea Luis Palacios, autor de la biografía Ramón Carande, un personaje raro, publicada por la Universidad de Córdoba, reclama la creación de una fundación que "trabaje sobre don Ramón y los temas que le eran propios y en los que es verdadero maestro. La base de esa fundación, con una documentación ordenada y guardada, existe ya en su Cortijo de Capela" (Badajoz) y, según Palacios, "basta que la Junta de Extremadura o de Andalucía, o instituciones bancarias de Sevilla, Badajoz o Palencia se pongan de acuerdo y decidan dedicar una pequeña parte de sus presupuestos para hacerla realidad. Sería la mejor manera de que don Ramón siguiera ejerciendo su magisterio entre nosotros", argumenta el biógrafo, quien aclara que si su libro "sirve para que esta deuda se cumpla" se dará por satisfecho, según informa la agencia Efe. Palacios, catedrático de la Rey Juan Carlos de Madrid y director de su Instituto de Humanidades, evoca su encuentro con Ramón Carande (Palencia, 1887-Sevilla, 1986): "Mi trabajo de historiador me llevó a su domicilio sevillano, en busca de documentación para un libro que elaboraba por entonces sobre la Institución Libre de Enseñanza (ILE). Carande era por entonces de los pocos protagonistas vivos de la ILE, y la buena acogida que recibí y, sobre todo, la seducción que me produjo aquel hombre tan mayor pero tan singular e interesante, me animó a frecuentar su compañía y, desde entonces hasta muy poco antes de su muerte disfruté de sus conocimientos, de su ingenio; para un historiador aquel hombre cargado de años y de experiencias era un documento vivo extraordinariamente interesante", según Palacios. Fue un "documento vivo porque había sido becario de la Junta para Ampliación de Estudios, discípulo y conocedor de Giner de los Ríos, de José Castillejo, de Flores de Lemus, catedrático, rector de la Universidad de Sevilla, casi ministro con Azaña, Consejero Nacional de Falange con Franco, creador de la Historia Económica. Y si a eso se añade que guardaba minuciosamente sus documentos y cartas, que tenía una memoria privilegiada, su capacidad para comunicar y transmitir, que era un gran conversador, eso le hace algo extraordinario". Sobre el valor de la obra de Carande, Palacios observa que "hoy el reconocimiento de su obra, especialmente de su monumental Carlos V y sus banqueros. Acerca de su perfil humano comenta: . "Cuando le tratabas, este hombre inteligente, enigmático, singular, original, de melena blanca, bastón en mano, fumando en pipa creaba en el interlocutor una fuerte corriente de simpatía y confianza". Del título de su libro explica que "Cuando le tratabas, este hombre inteligente, enigmático, singular, original, de melena blanca, bastón en mano, fumando en pipa creaba en el interlocutor una fuerte corriente de simpatía y confianza" "utilizo la palabra raro en el sentido en el que él lo hace en su libro 'Galería de raros'; raro como sinónimo de extraordinario, sobresaliente, excepcional, único, especial, original, singular, infrecuente e, incluso, de curioso y misterioso; en definitiva, raro no por excéntrico, sino en el sentido en que lo son las piedras preciosas"