La princesa del pop está desolada. En televisión, entre sollozos y masticando chicle, una embarazadísima Britney Spears (en la foto, en la entrevista) confesó el jueves tener "los nervios destrozados". Atribuyó sus lágrimas a los altibajos hormonales propios de su estado, a la presión de los paparazi y a las acusaciones de ser mala madre.