El segundo y último fin de semana del festival Rock in Río-Lisboa empezó el viernes con unas impresionantes demostraciones de músculo y pirotecnia musical a cargo de fornidas bandas del metal como Metallica, Incubus y Slipknot que levantaron el ánimo del público y de la organización. El sábado, Britney Spears aburrió con un espectáculo frío, aunque Black Eyed Peas salvó la jornada. Ayer, Sting, Alejandro Sanz, Alicia Keys y Pedro Abrunhosa --el principal rockero luso-- pusieron buena nota al cierre de un macrofestival saldado con las expectativas medio cumplidas.

BALANCE El balance de espectadores del primer fin de semana, en el que actuaron nombres mayúsculos como Foo Fighters, Paul McCartney, Peter Gabriel, Ben Harper y Gilberto Gil, puso el corazón en un puño a la organización. Y es que no asistieron más de 50.000 personas de media en cada una de las tres sesiones. En el segundo, el promedio ha aumentado hasta casi los 70.000. En total, y a falta de cifras oficiales definitivas, unos 350.000 espectadores --la cantidad justa para que la organización no perdiera dinero-- habrán comparecido a la Ciudad del Rock, construida en el parque lisboeta de Bela Vista.

Es la primera vez en sus cuatro ediciones que el festival --el mayor del mundo cuando se celebra en Brasil-- ha dejado Río de Janeiro. Y se ha instalado este año en Portugal en una operación comercial pensada para aunar rock y fútbol --en menos de una semana comienza en el país luso la Eurocopa. Pero no ha salido redonda. Y es que las expectativas se situaban en los 600.000 espectadores.

Musicalmente, el festival ha tenido de todo. En la columna negativa se apuntaría a Britney Spears, que decepcionó con el show de su gira Onyx Hotel por su escasa espontaneidad. La actuación duró poco más de una hora, en la que invirtió piezas de su último disco In the zone , algunos de sus hits, siete cambios de vestuario y escenas con voluntad provocadora como un encuentro, sexualmente insinuante, en una cama entre la cantante y un bailarín.

En resumidas cuentas, la chica de Luisiana defraudó y acabó marchándose sin despedirse de su audiencia, mayoritariamente adolescente, que empezó con ganas pero fue perdiendo interés. Mejor le salieron las cosas a sus compatriotas de Black Eyed Peas, que interpretaron con dinamismo las canciones de su último disco Elephunk .