Cuando Fanny Britt, hoy escritora, dramaturga y traductora, tenía 10 años, supo bien lo que era el acoso escolar. «Pasé por un periodo de aislamiento social y sufrí bullying durante casi un año. Lo superé refugiándome en mis libros favoritos: Jane Eyre y Ana la de Tejas Verdes, entre otros, y también gracias a que conocí e hice amistad con niñas que eran empáticas y sensibles de verdad. Una de ellas sigue siendo hoy mi mejor amiga», explica desde Canadá la autora, que ha trasladado al cómic una historia que arrastra «desde la infancia», apoyada en los dibujos de Isabelle Arsenault, en Jane, el zorro & yo (Salamandra Graphic).

Ambas debutan en la viñeta con este delicado trabajo, profundo pero sencillo en apariencia, ganador y finalista de numerosos premios, en el que querían contar la historia de una niña, Hélène, marginada por sus compañeras de clase, cuya autoestima está por los suelos y que, aunque tiene un peso normal para su edad, se ve como una «salchicha» cuando se prueba un bañador porque le escriben en la puerta de los lavabos que pesa 98 kilos. Como en su momento Britt, también busca refugio en la literatura de Charlotte Brontë y en especial se identifica con la protagonista de Jane Eyre.

Inicialmente, no pensaron en su lector potencial, afirma la guionista, pero cuando se publicó en francés se dieron cuenta de «que podía dirigirse tanto a niños como a adultos». «Creo que el relato llega al corazón de la gente y que es atemporal -continúa-. Queríamos contar la historia desde la perspectiva del niño porque así sería mucho más vibrante y real. Eso supuso que algunas cosas se quedaran sin explicación, como por ejemplo las razones del rechazo que sufre Hélène, porque ni ella misma las llega a entender. No tenía especial interés en contar la historia del abusador, pero tampoco buscaba demonizarlo, al fin y al cabo los matones no dejan de ser niños». Sin embargo, Britt no cree «que los niños sean crueles por naturaleza». «Sí que experimentan con la crueldad y la violencia, es un rasgo del ser humano. Pero también lo son la empatía y el amor».