´DOGVILLE´

DIRECTOR: Lars von Trier.

INTERPRETES: Nicole Kidman, Lauren Bacall, Ben Gazzara, James Caan. SALAS: Cáceres, Badajoz.

Las películas de Lars von Trier son desconcertantes. Tienen cualidades que las hacen únicas y a la vez una irritante manera de cerrarse. Y Dogville responde a ello. El cineasta danés experimenta variaciones sobre el mismo tema: el sacrificio, que desarrolló con Rompiendo las olas y Bailando en la oscuridad ; pero a diferencia de éstas, su liberación no proviene de la muerte sino de la venganza. A uno este discurso que ha lanzado el director en las tres películas le parece algo reaccionario (confundir sacrificio con humillación), y es esta molesta sensación la que desconcierta frente a un cineasta desprejuiciado en la concepción y el tratamiento del cine.

Frente a Dogville , uno admira sus maneras, el despliegue de la historia en un inmenso escenario que simula un pueblo bajo la depresión americana de los años 20. Y este dispositivo formal (que remite al teatro, a la literatura y al cine a la vez) es lo más atrayente de la película.

Su resolución, sin embargo, no le satisface a uno: dibuja una fábula que discursea sobre la inutilidad del bien, de la entrega sin condiciones, que da paso al abuso, a la esclavitud, que a su vez generan rencor, odio, deseos de liberación y venganza. Este planteamiento elemental (la negación de cualquier acción que procure un beneficio social) es la que le conduce al reaccionarismo (otros dirán pesimismo) de que se hablaba.